La muerte de Goliat

V

 

 

 Las amplias plantas de los pies de Goliat, aposentados en las suelas de sus sandalias de cuero negro con remaches de bronce, pisan a medida que va por ellas pasando el empolvado suelo de tierra cuarteada de las calles de la aldea: el polvo que sus pasos levantan le cubre la piel peluda que queda al descubierto entre las correas del calzado, sus partículas se le introducen para poco a poco ir acumulándose como mugre en los intersticios de las ennegrecidas uñas, pero estos pies pantagruélicos son poderosas plataformas sobre las que se alzan sus prolongadas piernas, toda la masa de músculos que conforma su corpachón colosal, que se desplaza despacioso por el dédalo deforme de la derruida aldea que las tropas de la Confederación de Ascalón, Asdod, Ecrón, Gaza, Gat … acaban de tomar.

-            ¿Dónde están las mujeres y los niños? …

-            Hay pocas mujeres y niños que no hayan huido ya, pero algunos hemos encontrado, ya los verás …

-            Bien, comenzaré por las mujeres, a los niños me los guardas para después …

-            No deberías hacer eso con los pequeños, oh Gran Goliat, pues es una muerte segura para ellos, no lo podrían soportar … siempre ha sido una norma de nuestras tropas a los más inocentes respetar … tenemos instrucciones de nuestros señores en ese sentido: aniquilad a sus padres, violad si queréis a sus madres, a sus hijas e hijos adolescentes, pero a los pequeños y pequeñas dejadlos en paz … tomadlos como prisioneros, entregadlos como sirvientes a los señores de Ascalón, Asdod, Ecrón, Gaza, Gatpero dejad sus inocencias intactas, a esas criaturas las debéis respetar.

-            ¡HA, HA, HA!  ¡Basta ya, edecán!  Me río yo de vuestros escrúpulos, de vuestras normas, de vuestros señores de Ascalón, Asdod, Ecrón, Gaza, Gat … ¡Aquí el Único Señor que Hay Soy YO, y la única norma la que impongo YO, EL GRAN GOLIAT!

 Karolos, el edecán, mira por un instante, con repugnancia, a Goliat … procura disimular su indignación con este energúmeno que se jacta de no respetar las más mínimas normas que incluso ellos, los guerreros de Ascalón, Asdod, Ecrón, Gaza, Gat … feroces filisteos … se han querido dar; para contener su crueldad, para refrenar sus más repugnantes instintos, para no sentir cuando se miren unos a otros la vergüenza que el nombre de hombres les pueda quitar … Karolos quiere confirmar en su conciencia – o eso pretende al menos – que este jayán, este canalla, en realidad no es uno de ellos … ¿de dónde salió este Ser, de las profundidades de qué Averno puede proceder? … dicen que Goliat de Gat ni siquiera es de Gat, que en realidad nadie sabe dónde nació, puede que ni siquiera él sepa en qué oscuro agujero del mundo su madre lo parió, pero que en esa ciudad de la Confederación fue donde se le reclutó, que fue en Gat donde comenzó como guerrero la Gloria del Gran Goliat … una gloria que nadie de momento le puede disputar: Karolos lo sabe, y no se atreve a rechistar, lo mira con repugnancia, eso sí, pero sólo por un instante, para luego proseguir …

-            Está bien … te hemos guardado unas vírgenes, para que las puedas desvirgar, son unas muchachas núbiles, en edad de procrear, son muy bonitas, ya las verás … yo mismo he matado a su padre, que era el alcalde de este lugar … sus madres … quizá sean demasiado viejas para tus gustos, pero alguna también la puedes aprovechar … puedes preñarlas a todas si quieres y así dejar en sus vientres Tu Poderosa Semilla, Oh Gran Goliat … que engendrará en ellas varones que a Ti Mismo se puedan comparar …

-            BAH … A mí eso me da igual, edecán … si las preño o no las preño, lo mismo me da … he violado ya a tantas mujeres de estas tierras, que estoy seguro de que numerosos bastardos míos muchas de estas perras tienen que haber echado a este perro mundo ya … pero eso para mí no es importante, no pretendo perpetuarme en estos lugares con camadas de hijos de perra, ni mezclar mi sangre con la de estas gentes a las que quiero exterminar … y además ya sabes bien que a mí me gusta mucho más enVergar por detrás que por delante … que el agujero esté intacto es para mí lo importante …  poco me importa si es hombre, mujer, muchacho, muchacha, niño, niña … ¡qué más me da! … me gusta sentir cómo sus agujeros se contraen circundando mi Verga Colosal, cómo poco a poco, pulsantes, comienzan a sangrar, cómo en su sangre caliente Mi Verga se comienza a bañar … SÍ, me gusta sentir la sangre caliente que va cubriendo los hinchados lomos de mi Serpiente … HAH … ¡Eso Es Lo Que Más Me Gusta, edecán! … por cierto, hace tiempo que me vengo fijando en tu culo … te estuve observando cuando te sumergiste en las aguas del río con ese muchacho al que enculas cada noche en tu tienda de oficial … bonito culo el de tu efebo, pero noté que le flaqueaban las piernas, seguramente te lo follas durante toda la noche, deberías dejarlo descansar, no olvides que es un soldado, necesita estar en buena forma para luchar … aunque te comprendo: tiene unas buenas ancas tu potrillo, en verdad … pero me gustan más las tuyas, edecán … no se pueden comparar …

 Karolos siente el vuelco de su corazón, el estremecimiento que como una náusea recorre su cuerpo al escuchar estas palabras de Goliat: nunca en todos sus años como curtido combatiente al servicio de la Confederación de Ascalón, Asdod, Ecrón, Gaza, Gat … ha sentido Karolos la insinuación de una Amenaza de Naturaleza Tal … siempre se sintió a salvo de eso: aunque conoce, por supuesto, que es costumbre de los combatientes encular al enemigo caído en el campo de batalla, humillar a los heridos con el estupramiento por vía postrera antes de al Hades enviarlos mediante penetrante espada, degüello, decapitación … Karolos nunca pensó que eso a él alguna vez le pudiera pasar: aunque él se lo ha hecho a más de uno nunca imaginó que alguna vez alguno – y mucho menos Uno Como Este – pudiera hacérselo a él  Goliat le ha mirado desde su altura, le ha guiñado un ojo, socarrón, y Karolos queda por un instante como paralizado, sin saber cómo reaccionar … traga un poco de saliva y después su rostro – que había empalidecido – se enciende con el rubor de la vergüenza y la indignación, pero sabe que sería un suicida si no supiera ante este coloso su furia refrenar … No es un cobarde Karolos, en absoluto, ya lo hemos dicho; es un valeroso, experimentado oficial: de estatura elevada, musculoso, vigoroso, un guerrero curtido por años de combate, cruel en la conflagración, admirado y respetado por sus compañeros, temido por sus enemigos, un oponente que en el campo de batalla por todos se hace respetar, un inteligente estratega que es delegado por sus compañeros y los señores de la Confederación en las negociaciones de treguas o pasajera paz … pero precisamente por su inteligencia conoce Karolos igualmente hasta dónde puede alcanzar: desafiar a este coloso sería para él garantía de que la muerte que durante todos estos años ha esquivado en un solo instante y sin lugar a dudas le iba a llegar; Karolos aprieta los dientes, contiene su indignación, intenta disimular, hacer como que no ha oído nada, con sus propias palabras distraer a Goliat:

-            Te llevaré a la casa del alcalde: sus mujeres y sus hijas están allí, velando su cadáver; le hemos cortado la cabeza, la verga y los huevos también … ese viejo imbécil tenía una espada con la que se intentó defender, como te he dicho, yo mismo lo maté … es la casa más grande de la aldea, y nos hemos hecho de un buen botín … el viejo tenía tres esposas y siete hijas … ningún niño, ningún muchacho, ningún hombre más … su semilla tenía que ser muy débil para ningún varón poder engendrar … a dos de sus esposas … bah … les cuelgan las carnes ya … pero una de ellas es joven aún, y en cuanto a las muchachas … están en edad de procrear … no las hemos ni tocado: te las hemos guardado todas para Ti … puedes enVergarlas a todas … por el coño … por el culo … por la boca … por dónde Te dé más placer … 

 Goliat despliega los poderosos pectorales y resopla, visiblemente excitado, anticipando lo que va a suceder, su colosal corazón bombea sangre caliente que afluye a las venas de su Verga, hinchándola, endureciéndola, empalmándola… el suspensorio de lino blanco que lleva bajo el faldellón de cuero negro se alarga a medida que la Verga va extendiéndose y amaga con romper las costuras de esta íntima prenda que apenas La cubre en su totalidad: una gota gelatinosa brota entonces del agujero de la Cabeza y se vierte sobre el paño de la prenda, que impregna, y cuelga pendiente de la punta como una estalactita de líquido seminal: es la Semilla Impaciente del Gran Goliat … La que va a depositar sucesivamente en las entrañas de diez mujeres a las que va a estuprar: algunas de ellas adultas que ya han conocido varón – pero ninguno como ESTE, eso lo podemos asegurar – las otras apenas muchachas a las que – desgarrándolas por dentro – va a desvirgar … Karolos observa cómo la parte delantera del faldellón de cuero negro del coloso se desplaza hacia delante empujada por la colosal erección: Goliat está completamente empalmado y sus resoplidos se vuelven bramidos de impaciente excitación … el edecán se vuelve a estremecer al pensar Lo Que Esa Verga ha causado en el cuerpo de Jerahmeel, el malhadado heraldo del rey de Israel y de Judá … a él mismo le pareció muy divertido – tras el impacto inicial – Lo Que en el culo de Jerahmeel hizo la Verga del Gran Goliat: rió de buena gana, pese al nauseabundo olor, cuando vio cómo el emisario se había cagado completamente, vaciándose visceralmente por el abierto agujero, fue todo tan inesperado, tan impactante en su obscenidad, que al edecán le produjo hilaridad … no le divierte, no obstante, ese “por cierto, hace tiempo que me vengo fijando en tu culo …” Karolos no se lo esperaba, lo tomó totalmente por sorpresa, el pavor lo paralizó, antes de que otras emociones lo fueran embargando … la insinuación de Goliat de que podría pretender estuprarlo ha supuesto un antes y un después en la vida del edecán: es como si de alguna manera esas palabras anticiparan el principio del final de su vida sin que él lo hubiese podido anticipar: Karolos sabe que no podría soportarlo: no tanto porque se quebrara fatalmente como Jerahmeel sino porque, aunque sobreviviera a la Violación, él mismo con su propia espada se atravesaría el corazón; no es este edecán un hombre que tras ser sometido a esa experiencia pudiera seguir viviendo sobre esta tierra: sólo la muerte podría rescatarlo de esa vergüenza: Karolos es un hombre altanero, orgulloso, con un alto sentido de su masculinidad, y sólo pensar que su amado Anastasios – al que él encula una y otra vez, de manera natural – pudiera contemplar su cuerpo enculado - ¡enculado, además, por Goliat! – le hace preferible el Hades antes que sobre esta tierra sin honor y con vergüenza – como un patético pelele – prevalecer …

-            Vamos, edecán, llévame a esa casa … Mi Verga y Mis Cojones están a punto de reventar: no puedo aguantar más … si tardamos mucho en llegar … no te garantizo que tu culo se pueda salvar … HA! HA! HA! … estoy bromeando, hombre, no te pongas tan nervioso, no te eches a temblar … de momento no tengo intención de encularte … pero dentro de poco … es posible que lo probemos tú y yo … aunque a ti no te guste … tal vez te enVergue delante de tu efebo, para que sepa lo que es un hombre de verdad, y después me lo folle también a él … en vuestra propia tienda … ¿qué te parece, edecán? …

-            La ca-casa … no está lejos … sí-sígueme por aquí … estamos a punto de llegar … ¿oyes esos llantos, esos gritos? … están aterradas … sólo algunas veces callan … y se quedan inmóviles … espantadas … las muchachas son muy bonitas, ya las verás … si las enVergas con cuidado, procurando no quebrarlas, puedes llevártelas como esclavas … con Tu Semilla engendrar en sus vientres hijos que a Su Padre se puedan asemejar … 

-            BAH … Ya te he dicho que eso me da igual … no me importan los hijos de perra que en los vientres de esas perras Mi Semilla pueda engendrar … por lo tanto deja ya tu perorata y llévame a esa casa … Mi Verga necesita su alimento … ¡no puedo aguantar más! … si no llegamos a esa casa en poco tiempo … me puedo echar atrás de lo que antes te dije y … aquí mismo … antes de lo previsto … ya sabes … edecán …

 Karolos acelera entonces su paso, y por un momento parece como si quisiera echar a correr y escapar de Goliat, que masculla su risotada entre dientes al comprobar el miedo que sus palabras infunden en el corazón del edecán: comprueba el coloso que con sólo su imponente presencia y estas expresiones – donde hay burla, pero también seriedad – controla completamente a este edecán de los ejércitos de la Confederación de Ascalón, Asdod, Ecrón, Gaza, Gat … Goliat observa a Karolos que camina casi corriendo – como si quisiera poner la mayor distancia posible – delante  de Él … los ojos oscuros del coloso se deslizan por la espalda desnuda del edecán, que después de la breve batalla para apoderarse de la aldea se ha despojado de su coraza – también de su túnica – para aliviar el calor que en su cuerpo han producido la refriega y el intenso sol: sus músculos de guerrero se despliegan entre los amplios hombros, de una palidez nacarada los que cubría la coraza, la piel de las partes expuestas y de los poderosos brazos de una tonalidad de oscura miel … Goliat sabe apreciar la masculina belleza cuando la presencia: y es hermoso este hombre que lo precede con apresurados pasos por las calles de esta aldea conquistada por las falanges filisteas que Karolos comandó … su cintura, circundada por la correa del cinturón del que pende la espada, es estrecha por debajo del despliegue dorsal, pero el coloso puede apreciar la globular configuración de los glúteos por debajo del faldón de franjas de cuero negro que los cubre: es poderosa evidentemente la empotradora grupa de este edecán que todas las noches no ha dejado a su efebo de encular, y Goliat decide entonces – por si alguna duda pudiera quedarle ya – que en algún momento, no muy distante de este presente, a este Karolos va a enVergar …

-            Es aquí … esta es la casa …

 

 Karolos alza sus ojos glaucos hacia los ojos oscuros de Goliat … que le sostiene la mirada con contenido ademán de asombro: parece por primera vez el coloso darse cuenta de la belleza de los ojos del edecán, y la mirada de Goliat vuelve a acelerar el pulso del corazón de Karolos, de este guerrero que en el campo de batalla a ninguno hasta ahora ha dado muestras de temer, pero al que Goliat estremece con la expectativa del Estupro, al que controla como a los otros capitanes de la Confederación de Ascalón, Asdod, Ecrón, Gaza, Gat … mediante el miedo … porque no parece posible que haya alguien en esta tierra que no pueda temer al Gran Goliat: el miedo se refleja en las dilatadas pupilas de los ojos del edecán y Goliat por un instante parece saborearlo como un delicioso manjar …

 

-            ¿Me acompañas, edecán? … las voy a violar a todas … te invito a que seas testigo … verás de esa forma a Mi Verga en Acción – HA, HA – y podrás hacerte una idea de lo que dentro de poco te puede esperar … porque escúchame bien, edecán: aunque tú no lo sepas te conozco bien, sé que no te gusto, es más, me consta que me odias, sé que desde que llegué a vuestras filas me sientes como una amenaza, que te resulta humillante servirme como ayudante, que os resulto muy útil para arrollar a los israelitas, para cazarlos y exterminarlos como ratas que infectan estas tierras que queréis conquistar, pero que en el fondo me aborreces, como la mayoría de los capitanes de la Confederación de Ascalón, Asdod, Ecrón, Gaza, Gat … envidiáis Mi Grandeza, os carcome por dentro que sea aclamado como Gran Caudillo por vuestros soldados, por esos plebeyos a los que en el fondo despreciáis, que están dispuestos a convertirme en Su Gran Señor por encima de todos esos señores a los que vosotros servís … yo no sirvo a ningún señor, edecán, Yo Soy Mi Único Señor y en Mi Vida y en la vuestra se va a hacer dentro de poco Mi Total Voluntad … pero por lo pronto te ofrezco que me acompañes para que presencies lo que a ti mismo muy pronto te sucederá … a todas ellas las enVergaré y si te quedas a verlo podrás hacerte una idea de lo que a ti mismo te aguarda … en poco tiempo, edecán … no mucho después …

 Karolos vacila un momento, balbucea unas palabras que intentan una frase incoherente formar, está completamente desconcertado, apenas se puede expresar: Goliat “le ayuda a decidirse” colocándole una de sus enormes manos en la nuca … que se estremece al sentir el contacto de los grandes dedos que suavemente prensores comprimen los tensionados músculos del cuello: es amplio y vigoroso el cuello de Karolos pero circundado por la magnífica mano parece empequeñecerse en contundente contraste y el edecán no se atreve a alzar sus ojos glaucos hacia los oscuros ojos del Gran Goliat: mira con sus labios abiertos en una expresión de estupefacción al enlosado pavimento que lleva hasta la puerta de la casa en la que este coloso le conmina a entrar …

-            Entra, no me hagas enfadar …

 Karolos obedece, sin atreverse a rechistar, y por segunda vez traspasa el dintel de la puerta de piedra que da acceso a la casa más grande de la aldea: la del alcalde que él mismo ha matado con su espada porque el estúpido viejo con su espada a él – hombre joven, fuerte y valiente – estúpida resistencia le hizo amago de oponer … no se siente orgulloso Karolos de haber matado a un anciano, de haber atravesado con su espada un cuerpo debilitado por el paso del tiempo, no es con un viejo insensato, que no es consciente de la inferioridad de sus fuerzas ante un corpulento capitán en la cúspide de su edad, con el que a Karolos le hubiera apetecido confrontar: pero sería muy insensato el edecán si hiciera él mismo amago alguno de resistencia ante la presencia de esta Mano en su nuca que, ejerciendo sobre ella poderosa presión, sin embargo con cierta suave, contenida condescendencia, le conmina a entrar … 

-            Entra, edecán …

 

 Karolos, obediente, entra en la casa, sin atreverse a objetar nada a La Voluntad de Goliat … los gritos y llantos de las diez mujeres a las que Karolos ha dejado viudas y huérfanas hieren los tímpanos del edecán: tampoco le apetece sentirse el responsable del dolor y la desgracia de estas mujeres, a las que de padre y esposo ha privado para siempre; le avergüenza, incluso, ver sobre la mesa la cabeza cortada del viejo – con sus ojos abiertos por el espanto, con su boca abierta en lo que queda de  un último grito paralizado por la penetrante espada que su cuerpo atravesó; aún más le avergüenza ver la verga y los cojones del viejo asomar entre los desplegados labios: Karolos, en su actual aturdimiento, no recuerda muy bien si fue él mismo quien decapitó al alcalde y después lo emasculó, o fueron éstas obras de sus hombres mientras él se encargaba de controlar la conquistada casa, cerciorándose de que ningún apostado enemigo pudiera más resistencia presentar … a veces en las guerras un guerrero hace cosas – ya se sabe – de las que en otras circunstancias se puede incluso avergonzar … cosas desagradables, cosas que carecen de heroicidad … como cortarle a un viejo la cabeza, la verga y los cojones, y metérselos por la boca …

 

-            HA, HA, HA … ya veo que os habéis divertido con el viejo … ¿le cortásteis primero la verga y los cojones y se los distéis a probar, o fue al revés, edecán? …

-            No … no recuerdo bien …

-            Bueno, qué más dá, el caso es que ahora vas a ver Lo Que Yo Voy a Hacer con estas mujeres … estoy seguro de que te va a impresionar, edecán … mira y verás …

 

 La músculos faciales del Gran Goliat se despliegan en una mueca maníaca: sus ojos oscuros se deslizan sobre las cabezas cubiertas de ceniza de las diez mujeres, que al advertir su presencia cesan inmediatamente sus gritos y sus llantos y enmudecidas Lo miran con ojos llenos de pavor: han oído todas ellas hablar de este gigante filisteo que entre los hijos de Abraham, Judá, Rubén, Gad, Aser, Neftalí, Manasés, Simeón, Leví, Isacar, Zabulón, José y Benjamín … tantos estragos ha causado ya … nunca antes Lo han visto, pero por la descripción que de Él les han dado no puede ser otro este guerrero enemigo que el Gran Goliat … que enseña sus dientes y colmillos de fiera en un ríctus endemoniado que pretende ser sonrisa socarrona, su mandíbula de irregulares dientes expuesta entre los pliegues de su cara en una mueca de lascivia y ferocidad … Goliat entonces, delante de las diez mujeres, se comienza a desnudar … desprende con los grandes dedos peludos de sus poderosas manos las hebillas de las correas de cuero negro que ciñen a sus poderosos hombros la coraza de escamas de bronce que le cubre el torso de musculatura colosal … al desprenderse de la coraza la deja caer al pavimento, en el que percusiona con un metálico sonido ensordecedor … Goliat despliega los peludos pectorales extendiendo a cada lado los larguísimos brazos, como si se desperezase tras una prolongada siesta, los flexiona después abombando los bíceps, sin dejar de mirar a las diez mujeres que se dispone a violar, sin que de su rostro desaparezca en ningún momento la maníaca mueca, la que pretende ser sonrisa socarrona pero es el despliegue dental de un depredador … desabrocha entonces el amplio cinturón de cuero con incrustaciones de bronce y se desprende del holgado faldellón de franjas negras, desvelando por delante la genital monstruosidad que los confines de su suspensorio apenas pueden contener: al verLa, el espanto abre los ojos de las diez mujeres, sus pupilas ampliamente dilatadas por el pavor de contemplarLa … la Cabeza pulsa y expulsa su baba seminal, que fluye por los lomos de la Bestia anticipando la Violación … Karolos observa también Lo que le espera y por primera vez en sus prolongados años de experimentado combatiente siente un cosquilleo cobarde en los confines de la zona perianal y el inconsciente dilatarse de los pliegues que comprimen la natural salida de su tracto rectal: el agujero del culo del edecán expresa espontáneamente la impresión que en su mente produce la Visión de la Verga del Gran Goliat … ¡NO, está claro: Karolos NO lo podría soportar! …

 

 

 

 

 Los dedos del erómenos se deslizan despaciosos entre el ensortijado vello negro que cubre copiosamente el pecho poderoso de su erastés … Anastasios adora a Karolos: lo admira, lo ama, lo idolatra … el edecán lo es Todo para él … desde que con trece años Karolos por amado lo tomó – tres años a su lado ya – Anastasios apenas se ha separado del lado del edecán, de este hombre que en la cúspide de su masculinidad casi le dobla la edad: de natural imberbe, aún falta un poco para que su amante, al advertir los primeros brotes hirsutos de la adultez, sustituya al muchacho por otro adolescente que en su madurez lo pueda de los rigores de la edad más adulta consolar; Anastasios teme ese momento, pues está enamorado de Karolos en verdad, y dispuesto a acompañarlo como compañero de vida si fuera preciso hasta los límites de la senectud, pues imagina al edecán en esos años de su invierno como un hermoso anciano junto al que él – hecho un hombre ya – licenciados veteranos los dos de todas las guerras de la Confederación de Ascalón, Asdod, Ecrón, Gaza, Gat ... – pueda al calor de un compartido hogar todavía las mieles de Eros paladear: ya lo sabemos, todos hemos sido muchachos, y es propio de la adolescencia con el futuro fantasear. Poco imagina Anastasios lo que a Karolos muy pronto le va a pasar … pero esta noche en el compartido lecho de su tienda de oficial el muchacho ha notado diferente al edecán: Karolos lo ha vuelto a encular, eso sí, pero … con menos … con menos vigor … Anastasios también percibió que la erección de Karolos tardaba más en llegar … el joven tomó el miembro de su amante entre sus labios y el adulto consiguió finalmente empalmar para la penetración … “¿qué le pasa esta noche?” se pregunta el adolescente, a su edecán … los dedos del efebo se enredan entre los sudorosos rizos de la fronda pilosa de los pectorales de su amante, que ahora se torna en amado, que se deja pasivamente acariciar, apenas sin reaccionar … el pecho poderoso parece moverse a impulsos de una inestable respiración, y en la amplia caja torácica el corazón de Karolos palpita con una cadencia más apresurada de la habitual: algo embarga esta noche al edecán, una especie de estupor, una perceptible ansiedad … el muchacho reclina tiernamente su cabeza en un hombro poderoso de este guerrero al que nunca hasta ahora ha parecido asaltar la ansiedad, acaricia con adolescentes dedos la barba negra y rizada en la que comienzan a aparecer algunas hebras grisáceas y por primera vez en toda la noche se atreve a preguntar:

 

-            Os noto esta noche preocupado, ¿puedo preguntar qué os sucede, que os preocupa, mi señor? …

 Karolos, por unos instantes, sigue mirando con melancolía el techo de lona de su tienda de oficial, sus hermosos ojos glaucos un poco apagados, sin su brillo habitual, como si no se atreviera a afrontar la mirada de su amado, como si temiera – él, que tan poco ha temido en su vida – pronunciar las palabras que una respuesta sincera al muchacho le pudieran dar … Lo mira, por fin, con una débil sonrisa, casi ruborizado, y acariciándole la suave mejilla adolescente le dice:

-            Escucha, Anastasios … la vida de un hombre … antes o después … tiene que terminar … tengo más de treinta años ya … tú eres un muchacho aún … si … si me pasara algo … tu vida tienes que seguir … hemos estado juntos tres años … tres años muy felices para mí … y creo que también para ti … hemos estado juntos en muchas batallas … y juntos hemos sobrevivido a los peligros que afrontamos … pero muchas veces sucede que … el enemigo principal está en nuestras propias filas … Goliat … el Gran Goliat …

Karolos se interrumpe, sonríe con amargura.

-            Sí, mi señor …

-            Es inútil oponérsele … su fuerza es descomunal … casi sobrenatural … sin él nuestros ejércitos no hubieran podido obtener tantas victorias sobre los israelitas, no hubieran podido tantas de sus tierras conquistar … nuestros soldados lo adoran … es nuestro Comandante Supremo por Ley Natural … y así debe ser … pero Goliat ha decidido … ha decidido tomarme por detrás … piensa que soy su enemigo … y piensa bien … pues lo soy en mi mente … lo aborrezco … aunque es Ley Natural que Sea Él Comandante Supremo de la Confederación de Ascalón, Asdod, Ecrón, Gaza, Gat … el Gran Guerrero que lleve a nuestras fuerzas a la Conquista Total de las Tierras de Israel y de Judá … pero Goliat … Anastasios … Goliat … me quiere encular …

 

Anastasios abre mucho los ojos en expresión de sorpresa y de pavor. Tres años hace ya que conoce a Karolos Su Señor, tres años desde que su Amante como Amado lo eligió y nunca hubiera imaginado el muchacho un Amante mejor … Karolos es fuerte, vigoroso, valeroso, un macho auténtico que rebosa masculinidad, tosco en las maneras tantas veces, pero al mismo tiempo en otras lleno de ternura y sensibilidad; pero Anastasios sabe perfectamente que si hay algo inimaginable para el edecán es tomar la verga de un hombre por detrás … imaginar además que es la Verga de Goliat la que Karolos va a tomar por detrás … esa misma Verga que ha matado al malhadado heraldo Jerahmeel … llena al muchacho de espanto y horror … Karolos es finalmente capaz de sostener la mirada de Anastasios y los ojos glaucos del Amante perciben la amargura en los ojos castaños del Amado … el edecán acaricia al efebo y le dice:

 

-            Escúchame, Anastasios … esta es nuestra última noche juntos … no he querido decírtelo antes pero … yo soy un prisionero ya de Goliat … ha convencido a los soldados y a los demás comandantes de que soy un espía al servicio de los israelitas, de que me he vendido a ellos, de que soy un traidor … por supuesto es todo una absoluta falsedad: siempre, Anastasios, siempre he sido leal a la Confederación de Ascalón, Asdod, Ecrón, Gaza, Gat … esta noche Mi Amado he querido hacerte el amor, pero sé que no he podido darte lo que tú siempre esperas de mí … soy un condenado, Anastasios, soy un hombre muerto ya … todas mis esperanzas han terminado … mi vida terminará cuando con Su Verga me enVergue Goliat … no sé si Lo soportaré hasta el final … si mi cuerpo se quebrará como lo ha hecho el del heraldo Jerahmeel … pero en cualquier caso … si sobrevivo … me suicidaré …

  Anastasios comienza entonces a llorar: las lágrimas resbalan fluyentes por las mejillas del adolescente, penden un poco de su barbilla antes de caer sobre el vello del pecho del edecán, mezclándose allí con el sudor que sus poros transpiran; son gotas de sudor frío las que perlan el poderoso pecho de Karolos que asciende y desciende a intervalos irregulares por efecto de la ansiedad: intenta aparentar serenidad y entereza ante el muchacho pero por primera vez en su vida este valiente guerrero ha sido asaltado por un miedo que nunca antes sintió … Anastasios acaricia mientras llora el vigoroso torso de Karolos … de este hombre que le ha dicho que no es otra cosa que un muerto en vida ya …

-            Oh, Mi Señor, Mi Señor … Os Amo Tanto Mi Señor …

-            Lo sé, Anastasios, y Te Amo Tanto Yo …

 Karolos acaricia los oscuros rizos de la cabeza de Anastasios y con una mano fuerte pero tierna en la presión va aproximando la cara del efebo a la suya … hasta que sus labios se unen en un beso profundo en el que los dos saborean el agridulce sabor de una despedida …

-            Te Amo … Anastasios …

-            Te Amo … Karolos …

  El beso se prolonga hasta que la prolongada Sombra de Goliat se proyecta sobre ellos … pareciera como si el coloso hubiera esperado a este momento para hacer su entrada en la tienda de campaña que durante todo este tiempo han compartido el edecán y el efebo … Goliat contempla los cuerpos desnudos desplegados en las sábanas de su compartido lecho, las piernas y los brazos entrelazados en estrecho abrazo mientras los amantes profundamente se besan … la socarrona sonrisa, con su mueca maníaca, desplegada en el rostro de Goliat, que ha venido para enVergar a Karolos en presencia del Amado Anastasios, mostrándole así al muchacho Lo Que Es Un Hombre de Verdad … Un Monstruo Quizás …

-            Ya esta bien, tortolitos, lo vuestro se ha terminado ya … prepárate, edecán, porque te voy a EnVergar …

  Anastasios suelta entonces un grito de espanto, y con sus brazos circunda fuertemente la cintura del Amante – como si quisiera preservarlo del Horror Que Le Espera, cuando contempla Lo Que Entre Las Piernas Tiene el Gran Goliat …

-            Ha llegado el momento … levanta el culo … edecán …

 

 

 

 

 

 

 

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