FBI Blues

 

 

XVIII

 

 Los grandes ojos castaños del capturado agente del FBI Zacharias Hightower permanecen clavados con un brillo extraño – de una intensidad especial – en los ojos negros y almendrados – que lo miran con frialdad glacial – del Hombre Que Lo Va a Matar: Morimoto Kenzo avanza con paso parsimonioso pero no por ello menos determinado hacia el hombre al que va a matar … los dos saben Quién vivirá y quién morirá, pero para los espectadores  que sentados en las gradas circundan el estrado ovoidal con la calavera de nácar en su centro el espectáculo que estaban esperando y que están a punto de contemplar tiene aún la incertidumbre sobre cuál de estos dos colosos en combate cuerpo a cuerpo finalmente prevalecerá y podrá con vida continuar … algunos apuestan aún por el enorme negro pese a las dentelladas que en su carne colosal las cuatro pequeñas panteras – Ganju, Haru, Yuki y Kokichi Tano – le han previamente propinado y que le han dejado visiblemente debilitado; otros – con bastante más acierto en la previsibilidad de lo que van a presenciar – consideran que el negro está prácticamente acabado ya: cuatro pequeños diablos yakuzas que hace pocos años apenas alcanzaron la pubertad han sido suficientes para esta mole de negros músculos estar a punto de demoler; durante unos minutos estos cuatro pequeños bandidos – menudos matones de mastodontes – en coordinada cooperación han prácticamente jugado con él como feroces felinos con un acosado y aturdido animal al que estaban a punto de devorar tras propinarle el golpe final: si no hubiera irrumpido iracundo Morimoto Kenzo, Ganju, Haru, Yuki y Kokichi Tano … hubieran compuesto “el cuarteto de la muerte” para el capturado agente del FBI Zacharias Hightower: él mismo lo sabe muy bien y pese a sentir por ello vergüenza es casi completamente consciente de que su negra verga comenzó a endurecerse en el envoltorio del blanco suspensorio – “fundoshi” lo llaman estos nipones – cuando a su consciencia llegó la constatación de que los cuatro – en coordinada cooperación – lo podían perfectamente aniquilar … su pierna apalizada es apenas un estorbo que le hace cojear – si le dieran una muleta casi la podría, insensible, arrastrar – y por encima de su cintura se puede apreciar en el brillo de ébano de su negra piel el púrpura de los hematomas que se han conformado al afluir la sangre por la percusión prolongada de los puños de acero - ¡estos sí, puños de acero! – en órganos vitales de su interior: especialmente afectado está el hígado, un poco el páncreas, y particularmente la vesícula biliar, como si estos cuatro cabrones supieran muy bien - ¡ay! – dónde golpear: ni siquiera Cassius, piensa él, golpeaba así¿qué va a ser de mí, si siguen así? … cuando apenas tenía tiempo de pensar y respirar entre punzada y punzada de la perfecta percusión: ¿qué va a ser de mí? … y su negra verga respondía por él … me matarán, me van a matar … y a la furia de la indignación que procuraba revancha por la humillación infligida a su compañero el capturado agente del FBI Daniel di Lorenzo sucede una melancolía especial – Zacharias Hightower siente que los cuatro adolescentes que lo han apalizado han quebrado algo dentro de él: no es solo lo que físicamente hayan quebrado, es también lo espiritual … desde su punto de observación Beom Seok Kim puede esto muy bien apreciar, como aprecia la verga empalmada del enorme negro en la envoltura pudorosa del suspensorio que se expande extendiendo los límites del blanco algodón a medida que Morimoto Kenzo va aproximándose a él …

-            Your cock is erect when you look at me, you black bitch, do you like what you see?

  El inglés del Muy Honorable Morimoto Kenzo es – en primera etapa de su carrera criminal como Gran Oyabun de la Yakuza – comprensiblemente limitado debido a lo relativamente prematuro aún de su interacción con el mundo global del crimen organizado – lo perfeccionaría después después de sus tratos con diversos “gangsters” (también de las finanzas) del mundo occidental – pero es lo suficientemente articulado y preciso para que el capturado agente del FBI Zacharias Hightower lo pueda comprender. Va acompañado además de lo que nosotros llamamos una sonrisa sarcástica y los anglosajones “a smirk”, y eso lo puede también nuestro capturado agente del FBI perfectamente comprender: este joven coloso japonés prácticamente desnudo, su cuerpo apenas cubierto por el blanco “fundoshi” que vela la descomunal genitalidad, su pálida piel inyectada en rojo de sangre, azul cianótico y púrpura satánico, lenguas de fuego y flores carnívoras, cabezas de tigres, leones, lobos, serpientes de fauces abiertas y colmillos sangrantes, espadas de samurai, afilados cuchillos, cráneos de mueca macabra … está … jugando con él“he´s fucking with my mind” eso lo puede también Zacharias Hightower – sin ser un hombre de inteligencia especialmente brillante – perfectamente comprender … “before he fucks me up my ass …” y la cónvexa cabeza de su negra verga comienza al comprenderlo, al compás de su corazón, poco a poco a palpitar … el agente Hightower se avergüenza de sí mismo, pero no lo puede evitar … “This is The Man Who Is Going To Kill Me”, Este es el Hombre Que Me Va a Matar 

-            This … this ain´t a fair fight, man … my leg … my leg is hurt … they hurt my leg …

 El brillo en los grandes ojos castaños del capturado agente del FBI Zacharias Hightower es un brillo febril ... su consciencia está confusa, su mente aturdida es incapaz de procesar las emociones contradictorias que la presencia de este joven jayán japonés produce ante él: “This is The Man Who Fucked Danny Up the Ass … This is The Man Who Fucked Danny Up!” siente más que piensa el agente Hightower al ver al Gran Oyabun Morimoto Kenzo hacia él avanzar … los grandes ojos castaños descienden con desmayo deslizándose por el musculado abdomen de su adversario hacia la prenda de blanco algodón que al igual que las suyas envuelve las parte pudendas que en su casi completa desnudez parecen las únicas partes que en sus dos cuerpos colosales quedan por desenvolver: Zacharias Hightower no puede evitar el movimiento reflejo en su cuello de su protuberante nuez de Adán cuando al contemplar las Dimensiones de Lo Que Ese Hombre Atesora Entre las Piernas comienza involuntariamente saliva a tragar … “Oh My God, That Will Rip Me Up … If He Fucks Me Up The Ass!”  y al sentirlo más que pensarlo la negra verga del capturado agente del FBI Zacharias Hightower no deja a su vez de crecer envuelta en su propio envoltorio de blanco algodón … desde su puesto de observación Beom Seok Kim, superintendente general de la policía de Corea del Sur, el hombre que lo capturó, disfruta de cada segundo del espectáculo que se va desarrollando ante sus ojos de expectante espectador: sonríe con serena sonrisa al comprobar que todo ha ido saliendo según su disposición y que estos dos colosos, finalmente frente a frente, están aquí para él, como él ha querido, y que Uno de ellos – El Más Poderoso – finalmente al otro aniquilará … pero él por su parte quiere todo esto un poco más prolongar … desde su punto de observación avanza a su vez, con determinación, hacia el estrado ovoidal con la calavera de nácar en su centro donde Zacharias Hightower y Morimoto Kenzo se van a encontrar … ante la mirada sorprendida del “maestro de ceremonias” Beom Seok Kim le hace con una mano ademán de que se tiene que apartar: él mismo va a ser ahora quién este combate final se dispone a supervisar …

-            Please, gentlemen, let me a minute … there are some issues we have to discuss before this Final Fight starts …

  Ambos hombres parecen sorprendidos por esta inesperada irrupción de Beom Seok Kim en su encuentro final, pero lo miran sin protestar, como si ante ello no tuvieran nada que objetar: de alguna manera, el capturado agente del FBI Zacharias Hightower siempre ha sabido, desde su captura, que su destino estaba en las manos de este hombre, su captor, y ahora que va a morir sabe igualmente que el superintendente general de la policía de Corea del Sur, este traidor, este hombre que tan hábilmente desde el principio los supo manipular como si fueran marionetas de un teatro trágico de cuya obra fuera el único y verdadero autor, será el que disponga la manera y el procedimiento de los sucesivos pasos que le llevarán, en compañía de su compañero, a la aniquilación … Morimoto Kenzo, por su parte, confía plenamente en el buen criterio al respecto de Beom Seok Kim: es completamente consciente de todo lo que su Clan japonés le debe a la colaboración del corrupto coreano, que antepone oscuros intereses de diversa naturaleza a la lealtad a su Patria como funcionario ejemplar que debería en todo momento por la Ley y el Orden en ella velar: la infiltración de la Yakuza en diversos departamentos de la Administración de Corea del Sur nunca hubiera sido posible sin el beneplácito de Beom Seok Kim, de este superintendente general de la policía surcoreana que – es un secreto a voces – tiene mucho más poder que su inmediato superior el ministro del Interior, mucho más poder que el propio presidente de la República elegido por sufragio universal - ¿quién lo eligió a él? – mucho más poder que cualquier otro coreano a este lado de la zona desmilitarizada que separa a “las dos Coreas”: al Norte, claro, no tiene nada que hacer, ahí están los Kim … ¿o tal vez sí? … ¿no es él, también, un Kim? … Morimoto Kenzo, sabiendo muy bien a quién tiene delante, lo escucha con atención:  

-            Morimoto San … I think the objection presented by Mister Hightower regarding the fairness of the fight is a fair one … it is evident that in the previous fight he has been hurt … especially his leg that has been hit in thigh and ankle with iron-clad foot … in a four versus one fight Mister Hightower has suffered different blows to his body in different parts … that has taken some of his strenght out of him … he has been weakened by the blows … the last one almost knocked him out … he needs a little time to recover some of his strenght … on the other hand, Morimoto San, you are totally fresh and you are young … Mister Hightower is not so young anymore … it would be an unfair fight if we do not try to make this fight more balanced … I know, Morimoto San, you are a fair sportsman …  

   Beom Seok Kim contempla los cuerpos de los combatientes y se siente en efecto un árbitro imparcial que procura con su procedimiento el combate equilibrar: el coloso de ébano no parece tras las dentelladas de esas cuatro pequeñas panteras ahora tan colosal, sus amplios hombros estan un poco abatidos y también aparece un poco curvada la columna vertebral, sus protuberantes pectorales se alzan y descienden al ritmo de una respiración irregular, tiene el estómago y el vientre ligeramente encogidos y se aprecian en su abdomen pese a la oscuridad de su piel las marcas de los impactos que han estado a punto de esta alta torre demoler … la envoltura del blanco algodón del “fundoshi” no puede disimular no obstante su extemporánea erección que no muestra señales de retracción: Zacharias Hightower es casi completamente consciente de ella ahora aunque una parte de su mente la quiere ignorar; siente sin embargo en cierto modo el ligero rubor que en su rostro hace inapreciable la oscuridad de la piel y sus grandes ojos castaños se deslizan lánguidos y melancólicos por el cuerpo pequeño y rechoncho de Beom Seok Kim, su captor, el hombre que capturándolo se ha adueñado de su vida y ha dispuesto para ella su destino final … al mirarlo, Zacharias Hightower muestra ante él una extraña sumisión: lejos queda ya el tiempo de la protesta y de la indignación, con sus ocasionales arrebatos de ira ante la injusticia de su situación - ¿injusticia?, ¿es acaso injusto para él terminar así?, un guerrero, un soldado, un militar, un policía, un agente secreto del FBI que ha fracasado en su misión especial extraterritorial, ¿por qué no podría terminar así?, muchos antes lo hicieron también: lucharon, y perdieron, como ha luchado y ha perdido él, pero no, no, parece decirle este hombre, su captor, aún queda esta lucha final, aún puedes ante El Hombre Que Te Va a Matar tu valor demostrar: ¿por qué morir como un conejo?, ¿por qué morir como un cobarde? ¿no recuerdas los nueve asaltos que le aguantaste a Cassius Clay hasta que en el décimo te noqueó? Zack “Iron Fist” Hightower está todavía en ti más de dos décadas después, como Zack “Iron Fist” Hightower saltaste aquella vez al “ring” y como Zack “Iron Fist” Hightower en este “ring” debes luchar hasta morir!  Beom Seok Kim sonríe alzando la vista hacia los grandes ojos castaños del enorme negro que desde su elevada estatura descienden a los suyos con sumisión: diríase que es para él este coreano pequeño y rechoncho no sólo el hombre que lo capturó sino también ahora una especie de entrenador, casi de mentor, que lo alecciona para que en este último combate muestre ante todos lo mejor de sí mismo, su hombría y su valor, que ha interrumpido el combate en su mismo inicio como “árbitro imparcial” para permitirle  recobrar un poco de las fuerzas que en el anterior los puños y los pies acerados de cuatro pequeños yakuzas fueron extrayendo de él en coordinada colaboración que con la efectiva precisión de un cronómetro nipón casi al borde del KO lo dejó …

-            Mister Hightower … as you can see Morimoto San – being the fair sportsman that he is - has nodded his agreement regarding the time of restoration that you need to recover some of your strenght in order to make this final fight more balanced … there will be an interruption during which you will be attended of your injuries by our medical team … after that the final fight will start … no more delays and I am sure Mister Hightower that you will be brave … for whatever comes to you in the end … you also see how I have instructed our official announcer to put my instructions to the audience in words that they can comprehend and how they all agree … many of them are still putting their bets on you because – in spite of the beating up you have received from four little Japanese young men – they are always impressed by big black men … it is maybe another racial prejudice that is not so easy to eradicate from them …

 Las prolongadas piernas de Zacharias Hightower se mueven con cierta inestabilidad desplazando la mole muscular de su cuerpo de coloso hacia el poste que el índice de la mano derecha de Beom Seok Kim le señala en un extremo del estrado ovoidal con la calavera de nácar pintada en su centro, seguido a pocos pasos por el corpulento cancerbero que apaleó las piernas de su compañero Daniel di Lorenzo cuando este se apartaba aterrado del adolescente que se aproximaba hacia él amenazante para apalizarlo con puño de acero; porta igualmente el esbirro en una de sus manos – como medida de precaución y potencial persuasión – el prolongado palo de madera maciza que en aquel momento utilizó … posee el cancerbero la corpulencia de un luchador de sumo y es en efecto un experimentado combatiente que algunos días de gloria ha tenido en este mismo escenario, pero mantiene la distancia prudencial con este negro enorme que a pesar de haber sido magullado y casi dominado por la coordinada colaboración de cuatro pequeños diablos nipones mantiene todavía su presencia impresionante y conserva aún la mayor parte de su vigor … el esbirro relaja un poco su vigilancia y su tensión cuando Zacharias Hightower se coloca delante del poste que Beom Seok Kim le ha indicado y se mantiene en ese puesto inmóvil con sus grandes ojos castaños mirando con expresión de extrañamiento hacia los tres hombres vestidos de blanco que el pequeño coreano, su captor, conduce hacia él …

-            Mister Hightower … please sit on this stool … rest your back on the post … these men from our medical team are going to examine your injuries … they are going to attend to them … it is necessary in order to make sure Your Fight with The Most Honourable is a fair one … as far as It can be a fair one … The Most Honourable do not want to take advantage of your disadvantage, not at all … The Most Honourable is a fair sportsman and He is very annoyed at the inconvenience of Tano Kokichi, Ganju, Haru, Yuki … having assaulted you the way they have done … that was not what was intended … but to be honest Mister Hightower you assaulted Tano Kokichi in the first place when he was having his fair fight with your friend … you interrupted them … I can understand you wanted to save him from Tano´s fatal blows but the little devil was not the opponent intended for you … nor his three loyal friends … this has been all a misunderstanding … I am afraid … anyway all that has been done cannot be undone … if I am someone to blame in all of this … I humbly beg your pardon for my misdeed …

   La mirada de Zacharias Hightower expresa esa impresión de irrealidad que por momentos le produce todo lo que ha ido experimentando desde su captura: el extraño inglés de este hombre, de este coreano que le habla con unas palabras y una prosodia que no puede entender en su totalidad - entiende la mayoría de las palabras como pertenecientes a su lengua materna pero la manera en que su captor las pronuncia y las secuencia en su sintaxis termina convirtiéndolas para él en una especie de lengua extranjera que no puede completamente comprender … este estrado ovalado con la calavera de nácar en su centro, este escenario de combates clandestinos que al principio – como ex-boxeador profesional – le resultó de alguna manera familiar pero que ahora le parece un paraninfo de pesadilla prolongado en las demás estancias – particularmente la celda con la cama – que durante todo este tiempo de cautiverio ha compartido con su compañero … cuando los tres coreanos vestidos de blanco comienzan a extraer de sus bolsas de lona los guantes de nitrilo, las vendas de algodón, los tubos de pomada antiséptica, las tijeras paramédicas, la linternita para examinar las pupilas, la neverita con los cubitos de hielo, la toalla inmaculada, el rollo de esparadrapo, la botella de agua de plástico prensible con su pajita … Zacharias Hightower siente que de alguna manera algo de esa irrealidad se disuelve: esto es un combate de boxeo nada más y él es un boxeador, ¿no es verdad? … Zack “Iron Fist” Hightower más de dos décadas después parece nuevamente tomar posesión de él … ha pasado mucho tiempo – es verdad – pero de alguna manera él nunca ha dejado de entrenar, desde que comenzó a caminar por la vida desplazando sus prolongadas piernas de muchacho hiperdesarrollado por las conflictivas calles de su Harlem natal, Zacharias Hightower siempre ha sido un boxeador – pudo haber sido también un jugador de básquetbol, con los “Harlem Globe Trotters” si ese hubiera sido su destino hubiera podido durante su juventud el globo trotear, pero sus prolongadas piernas por otros caminos le hicieron caminar: el cuadrilátero, el cuartel, la comisaría … Corea del Sur en misión especial extraterritorial como agente especial del FBI y ahora … ahora está aquí … casi dos décadas después, como si de alguna manera todo volviera a comenzar … o comenzara a acabar … y en su blanca envoltura de algodón su negra y enorme verga mantiene su enorme y negra erección …

-            Mister Hightower, please, open your mouth …

 Los grandes ojos castaños del capturado agente del FBI Zacharias Hightower miran melancólicos a los orientales ojillos oscuros de Beom Seok Kim, superintendente general de la policía surcoreana, su captor, y casi al instante de escuchar sus palabras sus músculos faciales se despliegan y sus gruesos labios africanos se separan descubriendo el marfil de su amplia dentadura en semioclusión … la pulpa purpúrea de las encías aparece semiabierta y por los intersticios fluye la sangre que pinta de rojo el blanco de cada pieza dental: permanecen todas en su lugar pero es evidente el daño que el puño reforzado de acero del pequeño yakuza Kokichi Tano ha producido en la amplia boca de este hombre colosal …

-            A little bit more, Mister Hightower, open it up a little more …

  El capturado agente del FBI Zacharias Hightower obedece a su captor y abre completamente la boca para que uno de los hombres vestidos de blanco con los dedos de su mano embutidos en el guante profiláctico la pueda examinar: la mandíbula está apreciablemente dislocada y cada vez que los dedos del médico se la tocan Zacharias Hightower cierra los ojos y contrae la cara en un gesto de dolor … continuados chorritos de agua de la botella de plástico prensible aclaran un poco la sangre en la boca del boxeador y finalmente los gruesos labios africanos se adelantan por sí solos y succionan de la pajita el incoloro líquido vital como si quisieran saciar una sed especial: al verlo succionando así de la botella de boxeador Beom Seok Kim piensa en todo el agua que en forma de transpirado sudor este cuerpo colosal ha debido perder en su lucha contra esas cuatro pequeñas panteras que a decididas dentelladas casi a punto han estado de a este negro paquidermo aniquilar; el movimiento de los protuberantes labios succionando hasta casi el contenido completo de la botella apurar produce en Beom Seok Kim una especie de excitación sexual: imagina a la boca de este hombre de extraordinaria envergadura succionando Otra Cosa y apurando Otra Sustancia si no de tan natural necesidad Sí de Mucha Mayor Necesidad para Hacerle Consciente de Hasta Dónde Su Humillación Podría Llegar … Beom Seok Kim sonríe y piensa que tal vez en su momento “Todo Llegará” …

-            What does it taste like, Mister Hightower … the blood in your mouth … how does it feel? … I have always wondered how a fighter in this arena feels when he sucks in his own blood … some of them spit it out on the floor, some of them gasp and gurgle and swallow it in, some of them both … you are sucking it in with the water, Mister Hightower, there is no bucket in front of your mouth for you to spit it out … so you have to suck it in and swallow it … don´t look at me like that, please … swallow your own blood and shut your eyes if you cannot stand my stare … it is your blood, Mister Hightower, and blood is a precious thing, the most precious thing for a man, so don´t spare a drop …

 Los embutidos dedos de la enguantada mano del doctor Gwan aplican un poco de pomada antiséptica en los pómulos, en las mejillas y en la barbilla de este hombre colosal: al hacerlo impregna un poco la perilla que ha perfilado poco tiempo antes el peluquero Mink-ki y por un momento parece que con la viscosa aplicación la hace encanecer … pequeñas estalactitas de pomada penden por un instante de la barbilla dislocada del boxeador y la excitación sexual reverdece en Beom Seok Kim cuando contempla cómo el coloso abre la boca por un momento como si le faltara la respiración: le produce una emoción especial comprobar cómo cuatro pequeños yakuzas en coordinada colaboración han podido dejar en este estado a este hombre de estatura tan tremendamente desigual: “Size Doesn´t Matter” bien se podría aplicar aquí cuando hay agallas, agilidad y asombrosa determinación para demoler una mole colosal: Zacharias Hightower está casi vencido ya y todavía le queda La Prueba Final, Cómo Mantener la Hombría y la Dignidad Cuando el Muy Honorable Morimoto Kenzo Entra en Acción … hasta ahora ningún hombre lo ha conseguido, ¿podrá conseguirlo él … quizás? …

-            Your mandible is a little bit misplaced, Mister Hightower, by Kokichi Tano´s last blow on your face, the one that almost made you pass out to KO … but you don´t have to worry, the water has washed the blood, which you have sucked in with it, and swallowed … your meaty lips are a little bit parched, but Doctor Gwan is applying some cocoa cream on them, and now they shine with a healthy look … Jang Jintao, one of Doctor Gwan´s assistants, is tending to the torn tendon in your ankle wrapping it up with a cooled cast … Hwang Young-Jae, the second one, is massaging your femoral biceps with anti-inflammatory cream … it has swollen a little after the impacts of Kokichi Tano´s feet and there is a big bruise in purple colour on your black skin … as for the rest of your injuries … I think they are internal … and Doctor Gwan is checking up on them … you clench your teeth and gasp out a groan when he pokes you in with his fingers … you have been punched too many times above your waist by these four little devils with iron-clad fists … I understand, Mister Hightower, that now you find it hard to breathe … Oh, you spit out some phlegm … it must be hard indeed!

    Zacharias Hightower reposa durante su relativo restablecimiento con la combada columna vertebral apoyada en el poste de pulida madera que sostiene la parte superior de su cuerpo colosal: ya apuntamos que por su enorme estatura y magnífica masa muscular en los hiperbólicos hombros y en todo su despliegue dorsal la espalda del agente Hightower incluso en posición vertical se tiende ligeramente a curvar: lo hace igualmente ahora en posición sedente con la copiosa carnosidad del culo casi completamente desnudo – apenas la franja de blanco algodón separa las negras nalgas – y las prolongadas piernas abiertas a cada lado en extrema extensión … mientras recibe las atenciones profesionales de los tres hombres vestidos de blanco que lo preparan para que en Esta Lucha Final pese a la desventaja de sus lesiones ofrezca Lo Mejor de Sí el capturado agente del FBI Zacharias Hightower mira con la melancolía de sus grandes ojos castaños al hombre que – en el otro extremo del estrado ovoidal con la calavera de nácar en su centro – tiene ante él … Morimoto Kenzo, con frialdad glacial en sus ojos pero una casi imperceptible sonrisa en sus labios, lo mira a su vez, y Zacharias Hightower se siente estremecer: la envergadura del joven jayán japonés deja en su espíritu una profunda impresión; los músculos de Morimoto Kenzo no impresionan por su voluminosidad – no poseen la convexa configuración de los suyos, mucho más similares a los de un culturista – pero en su estilizada elegancia ofrecen en el conjunto corporal la poderosa potencialidad de una fuerza letal … en lo más profundo de la estructura límbica del cerebro del enorme negro prende al instante igualmente el pavor ancestral y supersticioso de sus impresionables antepasados africanos ante la panorámica de espanto pintada en la piel del joven jayán japonés: esa pictórica profusión en rojo de sangre, azul cianótico y púrpura satánico de lenguas de fuego y flores carnívoras, cabezas de tigres, leones, lobos, serpientes de fauces abiertas y colmillos sangrantes, espadas de samurai, afilados cuchillos, cráneos de mueca macabra … estimulan la aceleración de los latidos de su corazón en la amplia cavidad torácica así como en una serpenteante vena que pulsa persistente en su sien … pero hay algo que pulsa también en una parte de su cuerpo sin que aún siendo parcialmente consciente él pueda entender por qué: envuelta en el blanco algodón de su “fundoshi” su enorme verga negra pulsa también …

-            The Time Has Come, Mister Hightower … It is Time for You To Stand Up to Your Fate, as you can see The Most Honourable Morimoto Kenzo is waiting for you at the centre of the stage … when a man like you has come up to this point he can look back at the way that he walked but he cannot turn around and walk back … I also know you would never hesitate to reach the Height of The Honourable End The Most Honourable Has Intended As Your Fate … You are not a coward like your friend, you belong at The League of The Superior Men, Mister Hightower … and you will have and most willingly embrace Your Superior End … 

 Zacharias Hightower alza lentamente la alta torre de su mole muscular sobre las amplias plantas de sus pies desnudos y al hacerlo su mandíbula, dislocada por el puño reforzado de acero del pequeño yakuza que a punto estuvo de noquearlo, vuelve a contraerse en un ríctus de dolor pero se alza no obstante con definitiva determinación … los largos dedos de sus manos enormes se contraen igualmente pero estos en poderosos puños en preparación: “bare knuckle fight” le dijo Beom Seok Kim y al mirar a las manos del joven jayán japonés Zack “Iron Fist” Hightower puede en efecto comprobar que los preparados puños de su oponente están desnudos también … sus grandes ojos castaños permanecen prendados por un prolongado instante en esas manos metamorfoseadas en mazas con las que este admirable adversario lo pretende aniquilar: no son menos magníficas esas manos que las suyas – en realidad lo son más – y en la mente del agente Hightower aparecen espectros de informes policiales que en preparación para esa misión especial extraterritorial que ha llegado hasta aquí pudo consultar en los cuarteles generales del FBI … “Kenzo Morimoto, 21 years old, son of Shingo, recently deceased of – supposedly – natural death at age 62, new boss of the most notorious Yakuza clan, an extremely dangerous man, 6 feet 6 inches tall, an expert in martial arts, he is supposed to have kidnapped and killed numerous men with his own hands, e.g. Toshitami Azuma, 36 years old, an elite officer of the Japanese police – whom he killed when he was supposed to be just 17, in The Philippinese.g. an American man called Jack Taylor, 48 years old, a notorious thug whose track we´d lost for many years, in Taiwane.g. Mahmut Ulubabayan, 52 years old, an Armenian-Turk of impressive bulk, a notorious arms trafficker and white slave trader, in South Koreamost probably countless ones in between and after that … e.g. … e.g. … e.g. … e.g. … e.g. …

 Zacharias Hightower avanza hacia El Hombre Que Lo Va a Matar … y lo hace con determinación, sin la más mínima vacilación … sus larguísimas piernas se desplazan hacia el centro del estrado donde lo aguarda su oponente sin que apenas parezca perceptible la cojera producida por el golpe que en el tobillo Kokichi Tano le propinó, sus caderas oscilan con esa elegancia, con ese “swing” particular de algunos negros al caminar que en otro momento creímos conveniente mencionar, sus amplios pies desnudos pisan la pulida madera del estrado ovoidal con la calavera de nácar en su centro donde aún quedan restos de la sangre, de la orina y de la mierda de su compañero, que nadie ha tenido aún el tiempo o la voluntad de limpiar … al verlo caminar hacia El Hombre Que Lo Va a Matar cualquiera que lo contemplara podría asegurar que lo hace con cierta serenidad, con despacioso desplazamiento pero, definitivamente, con determinación: a pocos pasos del centro del estrado ovoidal que configura la calavera de nácar en ese punto pintada sus pies parecen por un instante – pero es solo un instante – querer otro camino tomar, pero enseguida sus largos brazos se alzan por el codo doblados en su ademán de boxeador … Zach “Iron Fist” Hightower – más de veinte años después – vuelve a boxear, pero sus músculos, sus huesos, sus tendones, sus órganos internos, su cerebro, su cuerpo colosal … tienen más de veinte años más y Zacharias Hightower sabe muy bien que el joven jayán japonés que tiene ante él es El Hombre Que Lo Va a Matar … envuelta en la púdica prenda del “fundoshi” de blanco algodón su verga negra y enorme no ha perdido su erección … es improbable que desde los asientos de las gradas no puedan los espectadores apreciar esta particularidad pues el miembro de este hombre no es algo que pueda pasar inadvertido ni siquiera al menos atento espectador: no pasa inadvertido en absoluto al joven jayán japonés que tiene ante él; de nuevo una sonrisa de sarcasmo aparece como un cuchillo en las fauces de fiera de Morimoto Kenzo al presenciar la extemporánea excitación sexual de este hombre que no verá mañana la luz del día porque él – su asesino – aquí esta misma noche lo va matar …

-            I can see how much you are liking this, black bitch … you don´t have to worry, I´ll give you what you want … I´m going to kill you, and when I kill you, maybe before, I will have your cock and your balls …

-            Yeah, I know … and you will rape me, as you´ve raped my friend … but I ain´t gonna make it easy for you, Jap … I´m gonna make it hard for you to have my skin …

-            I´ll have your black skin much easier than you think, bitch … but before I´ll have your ass … of course … you will sing a song when I´ll have my Thong up your ass, bitch … many a man has sung his song before when they had my Thong up in them … your friend has sung a nice one, I liked what I heardI´m curious how you´re going to sing your song … they say you, black men, have very good voices when you sing …

 Morimoto Kenzo alza igualmente sus largos brazos por el codo doblados en ademán de boxeador y su sonrisa sarcástica se convierte en semblante de severidad … los grandes ojos castaños de Zacharias Hightower contemplan cercanos los poderosos puños desnudos del joven jayán japonés, descienden después hacia la parte delantera de la pelvis de su oponente y al apreciar Lo Que Envuelve el “fundoshi” de El Hombre Que Lo Va a Matar se siente estremecer … ni siquiera parece sexualmente excitado – como casi conscientemente lo está él – y El Miembro de Morimoto Kenzo envuelto en el blanco algodón es Algo que hace acelerar su corazón … intentando concentrarse, Zacharias Hightower levanta la vista y clava de nuevo su mirada en los puños con que su oponente lo va a demoler … desde su punto de observación Beom Seok Kim contempla cómo por unos instantes los dos contendientes permanecen así: midiéndose, contemplándose, los brazos y los puños preparados para la inminente acción, casi conteniendo la respiración, los músculos en tensión, pero en el expectante silencio que envuelve el estrado ovoidal con la calavera de nácar en su centro no es el respirar del joven jayán japonés el que un oído de una agudeza especial podría escuchar, no son los latidos del corazón del coloso nipón, sino las inspiraciones y expiraciones, el pálpito pulsante de los acelerados latidos del corazón del capturado agente del FBI Zacharias Hightower que esta noche aquí mismo – en este estrado o en alguna estancia especial no lejos de este escenario – A Manos de Morimoto Kenzo morirá … desde su punto de observación contempla Beom Seok Kim cómo el Gran Oyabun entonces tomando la iniciativa comienza a desplazarse en una especie de movimiento semicircular de ciento ochenta grados en torno a la calavera de nácar obligando a su oponente a desplazarse con él … no quiere el enorme negro en ningún momento los puños de su adversario de vista perder – su instinto de boxeador permaneció siempre con él – y oscila su caderas casi desnudas al compás del desplazamiento de Morimoto Kenzo que por unos instantes parece de alguna forma estar bailando con él … el superintendente general de la policía de Corea del Sur – su captor, el hombre que lo ha traído aquí – admira desde su punto de observación el cuerpo colosal en anticipatoria tensión de este agente capturado del FBI que sabe muy bien que esta noche va a morir aquí … sus negras nalgas completamente descubiertas desprenden al desplazarse un destello especial y las piernas larguísimas muestran sus musculación como si cada una de esas fibras formidables estuviera perfilada por un cincel: la estatura de los dos colosos es casi similar, si bien con algún centímetro más de añadidura en el cuerpo del joven jayán japonés, pero la leve curvatura de la columna en el cuerpo del enorme negro le hace ante su adversario un poco más pequeño parecer … Morimoto Kenzo se para un momento y permanece impasible: es evidente que está jugando con los nervios del negro, que quiere hacerle la templanza perder, quiere hacer que sea él quien lance el primer golpe, para después responder … Zacharias Hightower, entonces, impulsa su brazo derecho con el puño preparado hacia el rostro de su adversario como si fuera un proyectil pero el golpe se pierde en el aire porque Morimoto Kenzo, con reflejo de relámpago, se aparta y lo esquiva anulándolo en inutilidad … Beom Seok Kim, desde su punto de observación, aprecia entonces la diferencia: Morimoto Kenzo es un hombre en la plenitud de su juventud con los reflejos de un joven depredador; Zacharias Hightower es un hombre maduro que empieza su decadencia – no está ya Zack “Iron Fist” Hightower aquí – y esta noche será muy distinta para cada uno de ellos: Uno continuará su Gloria Ascendente, la estrella del otro consumirá todo su combustible y se extinguirá: Uno matará, el otro morirá.

 Zacharias Hightower aprieta los dientes y los puños como si se lamentara de su golpe frustrado, como si no supiera el desenlace que Todo Esto tendrá y contemplara de alguna manera en este combate prevalecer … parece por un momento perseguir a su oponente que más que retroceder lo que hace es continuar su circunvalación como si contemplara con ella de alguna manera marearlo, hacerle perder la coordinación … entonces Zacharias Hightower propulsa con su largo brazo su puño otra vez procurando en la cara de su adversario impactar: nuevamente Morimoto Kenzo aparta su rostro con asombrosa rapidez y el puño desnudo del enorme negro golpea el aire una vez más … desde su punto de observación Beom Seok Kim percibe primero un gemido de esfuerzo del negro y después le escucha jadear … Morimoto Kenzo en cambio parece permanecer igual … por un momento le parece percibir que los grandes ojos castaños de Zacharias Hightower mirasen a los de su oponente con una especie de admiración … no baja sin embargo la guardia y permanece con los puños preparados para atacar a su adversario pero Beom Seok Kim aprecia que mientras el cuerpo del joven jayán japonés parece cincelado en hielo el del enorme negro manifiesta su humanidad: el abdomen de ébano del capturado agente del FBI Zacharias Hightower comienza a oscilar con una respiración irregular y la protuberante dureza de su entrepierna se le comienza a aflojar … es el miedo, quizás, pues sabe Lo Que tiene ante él … entonces casi antes de que pueda darse cuenta el Puño de Morimoto Kenzo sale disparado hacia él … y le aplasta la africana nariz … “Crackk!” desde su punto de observación Beom Seok Kim la oye crujir y “Auugh!” lo oye gemir … casi instantáneamente la sangre comienza a fluir por los amplios orificios nasales del capturado agente del FBI … su cuerpo colosal se estremece pero se mantiene en verticalidad aunque por un momento el brillo en los grandes ojos castaños de Zacharias Hightower se parece apagar … la sangre desciende densa y oscura desde los orificios de la nariz y se desliza por la pulpa protuberante de los labios del enorme negro que se entreabren extrayendo la punta de la lengua como si con ella la quisiera probar … por unos instantes Zacharias Hightower parece respirar con dificultad el amplio fuelle de su poderoso torso se despliega en toda su amplitud para absorber el aire que le parece faltar: es obvio para Beom Seok Kim desde su punto de observación que en ese mismo momento Morimoto Kenzo lo hubiera podido aniquilar pero el joven jayán japonés concede a su oponente unos instantes para que se pueda recobrar … una vez más los músculos magníficos del enorme negro se tensan para intentarlo por tercera vez y retrayendo el brazo prepara de nuevo su puño para en el rostro de su adversario impactar … la adrenalina de una repentina indignación le hace reaccionar esta vez con mayor rapidez y aunque el puño – pleno de poderosa potencialidad – no alcanza de pleno en el rostro de Morimoto Kenzo le abrasa un pómulo y una oreja cuando este se comienza a apartar … “Aaarghh!” gruñe el Gran Oyabun al sentir el dolor que le produce el impacto parcial de este golpe que no ha conseguido del todo esquivar … con la propulsión de su brazo izquierdo por el lado al que la cabeza de su oponente se inclina Zacharias Hightower lo intenta golpear pero Morimoto Kenzo se agacha enseguida al verlo venir y el zurdo zarpazo del enorme negro zizaguea en el aire sin conseguir su objetivo alcanzar … es entonces cuando siente en su muñeca la garra del joven jayán japonés que apretándola con fuerza la consigue en el aire inmovilizar … y un segundo después el impacto impresionante en su estómago de un potente puñetazo que esta vez, ya sí, lo deja sin respiración … Zacharias Hightower boquea durante unos instantes y después …

-            Aaaaiiiieeee!!

-            I like your voice, black bitch … I like how you begin to sing your song … for me …

 A los grandes ojos castaños del enorme negro afluye ahora la sangre en afluentes de pequeñas venillas que casi los hacen cambiar de color, su boca permanece abierta durante algunos segundos aullando su dolor, pero poco a poco en su mente va aumentando la indignación que es su respuesta reactiva a la humillación: aprieta los dientes en la mandíbula magnífica y de nuevo propulsando su prolongado brazo derecho hacia el rostro de Morimoto Kenzo procura con su puño en él impactar … ¡impacta! … y el joven jayán japonés retrocede unos pasos con la cabeza inclinada a la izquierda, los ojos muy abiertos y una mueca de dolor en sus fauces de predador … el puño derecho de Zacharias Hightower ha alcanzado el pómulo izquierdo de Morimoto Kenzo imprimiendo en él la marca purpúrea de una paulatina inflamación y al ver al joven jayán japonés inclinado como un junco golpeado por un fuerte golpe de viento desde las gradas que circundan el estrado ovoidal con la calavera de nácar en su centro se alza al aire impregnado de nubes de nicotina un prolongado rumor: es la primera vez que esta audiencia contempla cómo un contendiente golpea de esta forma al joven jayán japonés – Morimoto Kenzo se ha medido otras veces con otros hombres aquí y ninguno de ellos consiguió golpearlo así – y por eso se intercambian nuevas apuestas en favor de este enorme negro extranjero que apenas unos pocos conocen como Zacharias Hightower, capturado agente del FBI que está llegando al final de su misión especial extraterritorial aquí en Seúl, República de Corea del Sur, y que quiere llegar a ese final manteniendo lo más intacta posible su humana dignidad … 

-            I´M NOT YOUR BLACK BITCH, JAP! … MY NAME IS ZACHARIAS HIGHTOWER AND I AM A MAN … A PROUD BLACK MAN!

 

 Morimoto Kenzo no tarda en enderezarse y desde su varonil verticalidad, desde la altura de su cuerpo colosal clava su acerada mirada en la negra masa de músculos que tiene ante él … con la convexa configuración de sus hiperbólicos hombros dispuesta en ademán de ataque, Zacharias Hightower mira a su oponente con ojos de quererlo matar, aunque en el fondo sepa muy bien Quién esta noche aquí matará y quién morirá … la mirada de Morimoto Kenzo es una mirada glacial … sólo sus labios vuelven a abrirse nuevamente como un cuchillo en sus fauces de fiera con la condescendencia de una sonrisa sarcástica al observar cómo en la entrepierna del enorme negro vuelve a protuberar poderosa la más evidente señal de su excitación sexual …

 

-            Your black cock cannot be at rest in your white jockstrap … you black bitch, that black cock of yours is spoiling the honourable “fundoshi” that you wear … I´ll cut it off for that offense alongside with your black balls … I will keep them for many years as a token of your defeat … some day I will have a son and when I part from this life my son will inherit from me your cock and balls … I will show them to my guests on special occasions commemorating the event … I will say to them … “These are the cock and the balls of the black bitch that got a hard-on when It was fighting with ME!”

 

-            KRACKK!!

 

-            AAAAIIIEEEEE …

 

 El Puño de Morimoto Kenzo impacta repentinamente bajo la cóncava cavidad de las colosales costillas del capturado agente del FBI Zacharias Hightower profundizando en la amalgama de órganos vitales previamente apalizados por los puños de acero de las cuatro pequeñas pateras yakuzas – Ganju, Haru, Yuki, Kokichi Tano – que ya los dejaron debilitados y extremadamente sensibles a cualquier castigo complementario: estómago, hígado, vesícula … se contraen confluyentes alrededor de la penetrante presión de la maza magnífica que los ha machacado … la boca del enorme negro vuelve a abrirse de nuevo en un agónico aullido de dolor y en su rostro aparece la angustia de alguien que siente que algo se ha roto dentro de él: después de este golpe no volverá a aparecer en su semblante asomo alguno de ira o indignación, pues el Puño de Morimoto Kenzo le hace entender que cualquier ademán en ese aspecto aparecería ante su oponente como una ridícula, casi risible pretenciosidad … la dignidad de Zacharias Hightower ha llegado hasta aquí o tendrá que manifestarse a partir de ahora de una manera más paradójica: entregándose dignamente, impúdicamente – sin inverosímiles aspavientos de viril virtud - al Hombre Que Lo Va a Matar … en ese consistirá a partir de ahora su dignidad que es morir a manos de este Macho Magnífico como culminación de un destino definitivamente definido para él desde que fuera capturado junto a su compañero en este mismo lugar, que tal vez inconscientemente su propia psique procuró cuando sabiendo Quién era su Oponente a sus jefes se ofreció como agente del FBI para esta misión especial extraterritorial que con la consumación de su cuerpo está con este capítulo casi a punto de culminar … los puños de Zacharias Hightower no se alzan ya en ademán de atacar: sus dedos destensados palpan temblorosos el palpitante hematoma que ha pintado de púrpura toda su área abdominal, siente sus vísceras descolocadas y una náusea de angustiosa ansiedad lleva la bilis a sus labios que paulatinamente la empiezan a expulsar … la vesícula ha reventado y Zacharias Hightower se inclina hacia delante y comienza a vomitar … Morimoto Kenzo, paciente, le deja sus vísceras por la boca vaciar … cuando el enorme negro alza de nuevo su cabeza y mira a su Oponente su cuerpo colosal permanece parcialmente inclinado y su mirada ya no es igual: Zacharias Hightower mira a Morimoto Kenzo con un semblante que casi podría confundirse con el de un enamorado o un rendido admirador, sus piernas larguísimas mantienen la verticalidad pero se aprecia en ellas un ligero temblor y una inestabilidad que hace oscilar un poco a su cuerpo colosal, sus gruesos labios africanos están cubiertos de verde viscosidad y parecen balbucear pero pronuncia sus palabras de manera ininteligible y Morimoto Kenzo se encoge de hombros como si efectivamente no las pudiera entender …

 

-            What are you blubbering, black bitch? … I can´t understand you … What are you saying to me? … Do you want to keep on fighting or have you had enough and you want All of This got over and done with? … Why don´t you put up your fists and try once again to get at me? … Haven´t you got any more strength left in you? … And why are you looking at me like that? … You look at me like the black bitch you are, I know what you want …

 

-            K-Kiiiill meee … oh my God help meee … I beg Your Pardon for my siiins … Take me in Your Arms to Your Eternal Bliiiiss …

 

-            You are delirious, black bitch … and that black cock of yours … Telling It All …

 

-            Fi … fi … finish me … I … I can´t take any more … pleeassee … k-kill … kill me …

 

      La poderosa pierna del Muy Honorable Morimoto Kenzo se va alzando poco a poco por la rodilla en el aire permeado de nicotina con un desplazamiento grácil que casi se asemeja al de un bailarín … desde su punto de observación Beom Seok Kim la contempla casi en cinética de cámara lenta mientras modula el movimiento que se dispone a realizar … la prolongada pierna del joven jayán japonés propulsa la patada que está a punto de impactar … “KRACK” cruje algo en la cervical del enorme negro que pone los ojos en blanco y comienza a caer … desde sus casi dos metros de altura la negra mole de músculos se empieza a derrumbar … “THUMP” y el cuerpo colosal del capturado agente del FBI Zacharias Hightower cae sobre la pulida madera del estrado ovoidal con la calavera de nácar en su centro … un rumor de creciente excitación se va propagando entre los espectadores que contemplan este golpe final que parece aniquilar al enorme negro por el que muchos de ellos creyeron conveniente apostar – algunos gritos de alegría, murmuros de mascullada frustración – mientras Morimoto Kenzo despliega su sonrisa de cuchillo en sus fauces de fiera y ni siquiera considera necesario – qué vulgaridad – alzar sus brazos en el aire para Su Victoria celebrar … Beom Seok Kim avanza en esos momentos al centro del estrado ovoidal con la calavera de nácar en su centro seguido por el doctor Gwan … cuando los dos coreanos se inclinan sobre su cuerpo colosal que yace en horizontalidad en toda su longitud el enorme negro con los ojos en blanco no los puede ver … los dedos embutidos en goma de nitrilo del médico palpan en el cuello del caído la pulsante arteria cervical y con su linternita explora algún signo de consciencia en el blanco del globo ocular … Beom Seok Kim examina el rostro del caído con una creciente ansiedad y pronuncia algunas palabras cerca de su oído esperando que este las pueda percibir:

-            Mister Hightower … can you hear me … can you hear my words? … I hope that this is not a fatal knock out for you … it is not time still for you to go out, Mister Hightower, this is not what was intended to be … I know it is a brave thing for a boxer to die in the ring … I know how that would make the myth … but this is not The Superior End that was intended for you … not here … not now … please Mister Hightower … tell me … can you hear me … can you hear my words? …

 

   Morimoto Kenzo avanza en ese instante también hacia el lugar donde yace su noqueado oponente y se inclina sobre él: lo mira con la sonrisa de cuchillo aún desplegada en sus fauces de fiera y con la misma mano magnífica con la que lo ha apalizado alza su cabeza sosteniéndola por la parte occipital … y entonces ante la presión de esos dedos y ante esa mirada los ojos en blanco del enorme negro comienzan a reaccionar … la mirada es melancólica pero también de admiración … Zacharias Hightower sabe reconocer a un Macho Magnífico cuando lo tiene ante él … de alguna manera sabe que un Macho Como Este es lo que siempre necesitó … lo que nunca encontró … hasta ahora Que Lo tiene ante él … la mirada de Zacharias Hightower a El Hombre Que Lo Va a Matar es prácticamente una mirada de amor … sus gruesos labios africanos cubiertos de viscosa baba verde se abren en lo que cualquiera que estuviera lo suficientemente cerca podría percibir como una sonrisa … una sonrisa que puede parecer estúpida … la sonrisa de un oligrofrénico … pero que sale de lo más profundo del alma de este enorme negro al que El Macho Magnífico Que Siempre Ha Deseado está muy poco tiempo ya de aniquilar …

-            D-Don´t ra-rape me here … in front of these men … pleeasee … don´t rape me here …

 

-            Of course, black bitch, I will not rape you here, I will not kill you here … I know what you want … a thing between you and me … something private … you and me alone … like a wedding night … well we´ll see … I will take you anyway to our wedding bed …

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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