FBI Blues XVIII Los
grandes ojos castaños del capturado agente del FBI Zacharias Hightower permanecen clavados con un brillo extraño – de una intensidad
especial – en los ojos negros y almendrados – que lo miran con frialdad
glacial – del Hombre Que Lo Va a Matar: Morimoto Kenzo avanza con paso
parsimonioso pero no por ello menos determinado hacia el hombre al que va a
matar … los dos saben Quién vivirá y quién morirá, pero para los
espectadores que sentados en las
gradas circundan el estrado ovoidal con la calavera de nácar en su centro el
espectáculo que estaban esperando y que están a punto de contemplar tiene aún
la incertidumbre sobre cuál de estos dos colosos en combate cuerpo a cuerpo
finalmente prevalecerá y podrá con vida continuar … algunos apuestan aún por
el enorme negro pese a las dentelladas que en su carne colosal las cuatro
pequeñas panteras – Ganju, Haru, Yuki y Kokichi Tano – le han previamente
propinado y que le han dejado visiblemente debilitado; otros – con bastante
más acierto en la previsibilidad de lo que van a presenciar – consideran que
el negro está prácticamente acabado ya: cuatro pequeños diablos yakuzas que
hace pocos años apenas alcanzaron la pubertad han sido suficientes para esta
mole de negros músculos estar a punto de demoler; durante unos minutos estos
cuatro pequeños bandidos – menudos matones de mastodontes – en coordinada
cooperación han prácticamente jugado con él como feroces felinos con un
acosado y aturdido animal al que estaban a punto de devorar tras propinarle
el golpe final: si no hubiera irrumpido iracundo Morimoto Kenzo, Ganju, Haru,
Yuki y Kokichi Tano … hubieran compuesto “el cuarteto de la muerte” para el
capturado agente del FBI Zacharias Hightower: él mismo lo sabe muy bien y
pese a sentir por ello vergüenza es casi completamente consciente de que su
negra verga comenzó a endurecerse en el envoltorio del blanco suspensorio –
“fundoshi” lo llaman estos nipones – cuando a su consciencia llegó la
constatación de que los cuatro – en coordinada cooperación – lo podían
perfectamente aniquilar … su pierna apalizada es apenas un estorbo que le
hace cojear – si le dieran una muleta casi la podría, insensible, arrastrar –
y por encima de su cintura se puede apreciar en el brillo de ébano de su
negra piel el púrpura de los hematomas que se han conformado al afluir la
sangre por la percusión prolongada de los puños de acero - ¡estos sí, puños
de acero! – en órganos vitales de su interior: especialmente afectado está el
hígado, un poco el páncreas, y particularmente la vesícula biliar, como si
estos cuatro cabrones supieran muy bien - ¡ay! – dónde golpear: ni siquiera Cassius, piensa él, golpeaba así … ¿qué va a ser de mí, si siguen así? … cuando apenas tenía tiempo
de pensar y respirar entre punzada y punzada de la perfecta percusión: ¿qué va a ser de mí? … y su negra
verga respondía por él … me matarán, me
van a matar … y a la furia de la indignación que procuraba revancha por
la humillación infligida a su compañero el capturado agente del FBI Daniel di
Lorenzo sucede una melancolía especial – Zacharias Hightower siente que los
cuatro adolescentes que lo han apalizado han quebrado algo dentro de él: no
es solo lo que físicamente hayan quebrado, es también lo espiritual … desde su punto de observación Beom Seok Kim puede
esto muy bien apreciar, como aprecia la verga empalmada del enorme negro en
la envoltura pudorosa del suspensorio que se expande extendiendo los límites
del blanco algodón a medida que Morimoto Kenzo va aproximándose a él … -
Your cock is erect when you look at me, you black bitch,
do you like what you see? El inglés del Muy Honorable Morimoto Kenzo es – en primera etapa de su
carrera criminal como Gran Oyabun de la Yakuza – comprensiblemente limitado
debido a lo relativamente prematuro aún de su interacción con el mundo global
del crimen organizado – lo perfeccionaría después después de sus tratos con
diversos “gangsters” (también de las finanzas) del mundo occidental – pero es
lo suficientemente articulado y preciso para que el capturado agente del FBI
Zacharias Hightower lo pueda comprender. Va acompañado además de lo que
nosotros llamamos una sonrisa sarcástica y los anglosajones “a smirk”, y eso
lo puede también nuestro capturado agente del FBI perfectamente comprender:
este joven coloso japonés prácticamente desnudo, su cuerpo apenas cubierto
por el blanco “fundoshi” que vela la descomunal genitalidad, su pálida piel
inyectada en rojo de sangre, azul cianótico y púrpura satánico, lenguas de
fuego y flores carnívoras, cabezas de tigres, leones, lobos, serpientes de
fauces abiertas y colmillos sangrantes, espadas de samurai, afilados
cuchillos, cráneos de mueca macabra … está … jugando con él … “he´s
fucking with my mind” eso lo
puede también Zacharias Hightower – sin ser un hombre de inteligencia especialmente
brillante – perfectamente comprender … “before
he fucks me up my ass …” y la
cónvexa cabeza de su negra verga comienza al comprenderlo, al compás de su
corazón, poco a poco a palpitar … el agente Hightower se avergüenza de sí
mismo, pero no lo puede evitar … “This is The Man Who Is Going To Kill Me”, Este es el Hombre
Que Me Va a Matar … -
This … this ain´t a fair fight, man … my leg … my leg
is hurt … they hurt my leg … El brillo en los grandes ojos castaños del capturado agente
del FBI Zacharias Hightower es un brillo
febril ... su consciencia está confusa, su mente aturdida es incapaz de
procesar las emociones contradictorias que la presencia de este joven jayán
japonés produce ante él: “This is The
Man Who Fucked Danny Up the Ass … This is The Man Who Fucked Danny Up!” siente
más que piensa el agente Hightower al
ver al Gran Oyabun Morimoto Kenzo hacia él avanzar … los grandes ojos
castaños descienden con desmayo deslizándose por el musculado abdomen de su
adversario hacia la prenda de blanco algodón que al igual que las suyas
envuelve las parte pudendas que en su casi completa desnudez parecen las
únicas partes que en sus dos cuerpos colosales quedan por desenvolver:
Zacharias Hightower no puede evitar el movimiento reflejo en su cuello de su
protuberante nuez de Adán cuando al contemplar las Dimensiones de Lo Que Ese
Hombre Atesora Entre las Piernas comienza involuntariamente saliva a tragar …
“Oh
My God, That Will Rip Me Up … If He Fucks Me Up The Ass!” y al sentirlo más que pensarlo la negra verga del capturado
agente del FBI Zacharias Hightower no deja a su vez de crecer envuelta en su
propio envoltorio de blanco algodón … desde su puesto de observación Beom
Seok Kim, superintendente general de la policía de Corea del Sur, el hombre
que lo capturó, disfruta de cada segundo del espectáculo que se va
desarrollando ante sus ojos de expectante espectador: sonríe con serena
sonrisa al comprobar que todo ha ido saliendo según su disposición y que
estos dos colosos, finalmente frente a frente, están aquí para él, como él ha querido, y que Uno de ellos – El Más Poderoso –
finalmente al otro aniquilará … pero él por su parte quiere todo esto un poco
más prolongar … desde su punto de observación avanza a su vez, con
determinación, hacia el estrado ovoidal con la calavera de nácar en su centro
donde Zacharias Hightower y Morimoto Kenzo se van a encontrar … ante la
mirada sorprendida del “maestro de ceremonias” Beom Seok Kim le hace con una
mano ademán de que se tiene que apartar: él mismo va a ser ahora quién este
combate final se dispone a supervisar … -
Please, gentlemen, let me a minute … there are some
issues we have to discuss before this Final Fight starts … Ambos hombres parecen sorprendidos por esta inesperada
irrupción de Beom Seok Kim en su encuentro final, pero lo miran sin
protestar, como si ante ello no tuvieran nada que objetar: de alguna manera,
el capturado agente del FBI Zacharias Hightower siempre ha sabido, desde su
captura, que su destino estaba en las manos de este hombre, su captor, y
ahora que va a morir sabe igualmente que el superintendente general de la
policía de Corea del Sur, este traidor, este hombre que tan hábilmente desde
el principio los supo manipular como si fueran marionetas de un teatro
trágico de cuya obra fuera el único y verdadero autor, será el que disponga
la manera y el procedimiento de los sucesivos pasos que le llevarán, en
compañía de su compañero, a la aniquilación … Morimoto Kenzo, por su parte,
confía plenamente en el buen criterio al respecto de Beom Seok Kim: es
completamente consciente de todo lo que su Clan japonés le debe a la
colaboración del corrupto coreano, que antepone oscuros intereses de diversa
naturaleza a la lealtad a su Patria como funcionario ejemplar que debería en
todo momento por la Ley y el Orden en ella velar: la infiltración de la
Yakuza en diversos departamentos de la Administración de Corea del Sur nunca
hubiera sido posible sin el beneplácito de Beom Seok Kim, de este
superintendente general de la policía surcoreana que – es un secreto a voces
– tiene mucho más poder que su inmediato superior el ministro del Interior,
mucho más poder que el propio presidente de la República elegido por sufragio
universal - ¿quién lo eligió a él? – mucho más poder que cualquier otro
coreano a este lado de la zona desmilitarizada que separa a “las dos Coreas”:
al Norte, claro, no tiene nada que hacer, ahí están los Kim … ¿o tal vez sí?
… ¿no es él, también, un Kim? … Morimoto Kenzo, sabiendo muy bien a quién
tiene delante, lo escucha con atención: -
Morimoto San … I think the objection presented by
Mister Hightower regarding the fairness of the fight is a fair one … it is
evident that in the previous fight he has been hurt … especially his leg that
has been hit in thigh and ankle with iron-clad foot … in a four versus one
fight Mister Hightower has suffered different blows to his body in different
parts … that has taken some of his strenght out of him … he has been weakened
by the blows … the last one almost knocked him out … he needs a little time
to recover some of his strenght … on the other hand, Morimoto San, you are
totally fresh and you are young … Mister Hightower is not so young anymore …
it would be an unfair fight if we do not try to make this fight more balanced
… I know, Morimoto San, you are a fair sportsman … Beom Seok Kim contempla los
cuerpos de los combatientes y se siente en efecto un árbitro imparcial que
procura con su procedimiento el combate equilibrar: el coloso de ébano no
parece tras las dentelladas de esas cuatro pequeñas panteras ahora tan
colosal, sus amplios hombros estan un poco abatidos y también aparece un poco
curvada la columna vertebral, sus protuberantes pectorales se alzan y
descienden al ritmo de una respiración irregular, tiene el estómago y el
vientre ligeramente encogidos y se aprecian en su abdomen pese a la oscuridad
de su piel las marcas de los impactos que han estado a punto de esta alta
torre demoler … la envoltura del blanco algodón del “fundoshi” no puede
disimular no obstante su extemporánea erección que no muestra señales de
retracción: Zacharias Hightower es casi completamente consciente de ella
ahora aunque una parte de su mente la quiere ignorar; siente sin embargo en
cierto modo el ligero rubor que en su rostro hace inapreciable la oscuridad
de la piel y sus grandes ojos castaños se deslizan lánguidos y melancólicos
por el cuerpo pequeño y rechoncho de Beom Seok Kim, su captor, el hombre que
capturándolo se ha adueñado de su vida y ha dispuesto para ella su destino
final … al mirarlo, Zacharias Hightower muestra ante él una extraña sumisión:
lejos queda ya el tiempo de la protesta y de la indignación, con sus
ocasionales arrebatos de ira ante la injusticia de su situación - ¿injusticia?, ¿es acaso injusto para él
terminar así?, un guerrero, un soldado, un militar, un policía, un agente
secreto del FBI que ha fracasado en su misión especial extraterritorial, ¿por qué no podría terminar así?, muchos
antes lo hicieron también: lucharon, y perdieron, como ha luchado y ha
perdido él, pero no, no, parece decirle este hombre, su captor, aún queda esta lucha final, aún puedes
ante El Hombre Que Te Va a Matar tu valor demostrar: ¿por qué morir como un
conejo?, ¿por qué morir como un cobarde? ¿no recuerdas los nueve asaltos que
le aguantaste a Cassius Clay hasta que en el décimo te noqueó? Zack “Iron
Fist” Hightower está todavía en ti más de dos décadas después, como Zack
“Iron Fist” Hightower saltaste aquella vez al “ring” y como Zack “Iron Fist”
Hightower en este “ring” debes luchar hasta
morir! Beom Seok Kim sonríe
alzando la vista hacia los grandes ojos castaños del enorme negro que desde
su elevada estatura descienden a los suyos con sumisión: diríase que es para
él este coreano pequeño y rechoncho no sólo el hombre que lo capturó sino
también ahora una especie de entrenador, casi de mentor, que lo alecciona
para que en este último combate muestre ante todos lo mejor de sí mismo, su
hombría y su valor, que ha interrumpido el combate en su mismo inicio como
“árbitro imparcial” para permitirle
recobrar un poco de las fuerzas que en el anterior los puños y los
pies acerados de cuatro pequeños yakuzas fueron extrayendo de él en
coordinada colaboración que con la efectiva precisión de un cronómetro nipón
casi al borde del KO lo dejó … -
Mister Hightower … as you can see Morimoto San –
being the fair sportsman that he
is - has nodded his agreement regarding
the time of restoration that you need to recover some of your strenght in order to make this final fight more
balanced … there will be an interruption during which you will be attended of
your injuries by our medical team … after that the final fight will start …
no more delays and I am sure Mister Hightower that you will be brave … for
whatever comes to you in the end … you also see how I have instructed our official
announcer to put my instructions to the audience in words that they can
comprehend and how they all agree … many of them are still putting their bets
on you because – in spite of the beating up you have received from four
little Japanese young men – they are always impressed by big black men … it
is maybe another racial prejudice that is not so easy to eradicate from them
… Las prolongadas piernas de Zacharias Hightower se mueven con cierta inestabilidad
desplazando la mole muscular de su cuerpo de coloso hacia el poste que el
índice de la mano derecha de Beom Seok Kim le señala en un extremo del
estrado ovoidal con la calavera de nácar pintada en su centro, seguido a
pocos pasos por el corpulento cancerbero que apaleó las piernas de su
compañero Daniel di Lorenzo cuando este se apartaba aterrado del adolescente
que se aproximaba hacia él amenazante para apalizarlo con puño de acero;
porta igualmente el esbirro en una de sus manos – como medida de precaución y
potencial persuasión – el prolongado palo de madera maciza que en aquel
momento utilizó … posee el cancerbero la corpulencia de un luchador de sumo y
es en efecto un experimentado combatiente que algunos días de gloria ha
tenido en este mismo escenario, pero mantiene la distancia prudencial con
este negro enorme que a pesar de haber sido magullado y casi dominado por la
coordinada colaboración de cuatro pequeños diablos nipones mantiene todavía
su presencia impresionante y conserva aún la mayor parte de su vigor … el
esbirro relaja un poco su vigilancia y su tensión cuando Zacharias Hightower
se coloca delante del poste que Beom Seok Kim le ha indicado y se mantiene en
ese puesto inmóvil con sus grandes ojos castaños mirando con expresión de
extrañamiento hacia los tres hombres vestidos de blanco que el pequeño
coreano, su captor, conduce hacia él … -
Mister Hightower … please sit on this stool … rest
your back on the post … these men from our medical team are going to examine
your injuries … they are going to attend to them … it is necessary in order
to make sure Your Fight with The Most Honourable is a fair one … as far as It
can be a fair one … The Most Honourable do not want to take advantage of your
disadvantage, not at all … The Most Honourable is a fair sportsman and He is
very annoyed at the inconvenience of Tano Kokichi, Ganju, Haru, Yuki … having
assaulted you the way they have done … that was not what was intended … but
to be honest Mister Hightower you assaulted Tano Kokichi in the first place
when he was having his fair fight with your friend … you interrupted them … I
can understand you wanted to save him from Tano´s fatal blows but the little
devil was not the opponent intended for you … nor his three loyal friends …
this has been all a misunderstanding … I am afraid … anyway all that has been
done cannot be undone … if I am someone to blame in all of this … I humbly beg your pardon for my
misdeed … La mirada de Zacharias Hightower
expresa esa impresión de irrealidad que por momentos le produce todo lo que
ha ido experimentando desde su captura: el extraño inglés de este hombre, de
este coreano que le habla con unas palabras y una prosodia que no puede
entender en su totalidad - entiende la mayoría de las palabras como pertenecientes
a su lengua materna pero la manera en que su captor las pronuncia y las
secuencia en su sintaxis termina convirtiéndolas para él en una especie de
lengua extranjera que no puede completamente comprender … este estrado
ovalado con la calavera de nácar en su centro, este escenario de combates
clandestinos que al principio – como ex-boxeador profesional – le resultó de
alguna manera familiar pero que
ahora le parece un paraninfo de pesadilla prolongado en las demás estancias –
particularmente la celda con la cama – que durante todo este tiempo de
cautiverio ha compartido con su compañero … cuando los tres coreanos vestidos
de blanco comienzan a extraer de sus bolsas de lona los guantes de nitrilo,
las vendas de algodón, los tubos de pomada antiséptica, las tijeras
paramédicas, la linternita para examinar las pupilas, la neverita con los
cubitos de hielo, la toalla inmaculada, el rollo de esparadrapo, la botella
de agua de plástico prensible con su pajita … Zacharias Hightower siente que
de alguna manera algo de esa irrealidad se disuelve: esto es un combate de
boxeo nada más y él es un boxeador, ¿no es verdad? … Zack “Iron Fist” Hightower más de dos décadas después parece
nuevamente tomar posesión de él … ha pasado mucho tiempo – es verdad – pero
de alguna manera él nunca ha dejado de entrenar, desde que comenzó a caminar
por la vida desplazando sus prolongadas piernas de muchacho hiperdesarrollado
por las conflictivas calles de su Harlem natal, Zacharias Hightower siempre
ha sido un boxeador – pudo haber sido también un jugador de básquetbol, con
los “Harlem Globe Trotters” si ese hubiera sido su destino hubiera podido
durante su juventud el globo trotear, pero sus prolongadas piernas por otros
caminos le hicieron caminar: el cuadrilátero, el cuartel, la comisaría …
Corea del Sur en misión especial extraterritorial como agente especial del
FBI y ahora … ahora está aquí … casi dos décadas después, como si de alguna
manera todo volviera a comenzar … o comenzara a acabar … y en su blanca
envoltura de algodón su negra y enorme verga mantiene su enorme y negra
erección … -
Mister Hightower, please, open your mouth … Los grandes ojos castaños del capturado agente del FBI
Zacharias Hightower miran melancólicos a los orientales ojillos oscuros de
Beom Seok Kim, superintendente general de la policía surcoreana, su captor, y
casi al instante de escuchar sus palabras sus músculos faciales se despliegan
y sus gruesos labios africanos se separan descubriendo el marfil de su amplia
dentadura en semioclusión … la pulpa purpúrea de las encías aparece
semiabierta y por los intersticios fluye la sangre que pinta de rojo el
blanco de cada pieza dental: permanecen todas en su lugar pero es evidente el
daño que el puño reforzado de acero del pequeño yakuza Kokichi Tano ha
producido en la amplia boca de este hombre colosal … -
A little bit more, Mister Hightower, open it up a
little more … El capturado agente del FBI Zacharias Hightower obedece a su captor y
abre completamente la boca para que uno de los hombres vestidos de blanco con
los dedos de su mano embutidos en el guante profiláctico la pueda examinar:
la mandíbula está apreciablemente dislocada y cada vez que los dedos del
médico se la tocan Zacharias Hightower cierra los ojos y contrae la cara en
un gesto de dolor … continuados chorritos de agua de la botella de plástico
prensible aclaran un poco la sangre en la boca del boxeador y finalmente los
gruesos labios africanos se adelantan por sí solos y succionan de la pajita
el incoloro líquido vital como si quisieran saciar una sed especial: al verlo
succionando así de la botella de boxeador Beom Seok Kim piensa en todo el
agua que en forma de transpirado sudor este cuerpo colosal ha debido perder
en su lucha contra esas cuatro pequeñas panteras que a decididas dentelladas
casi a punto han estado de a este negro paquidermo aniquilar; el movimiento
de los protuberantes labios succionando hasta casi el contenido completo de
la botella apurar produce en Beom Seok Kim una especie de excitación sexual:
imagina a la boca de este hombre de extraordinaria envergadura succionando
Otra Cosa y apurando Otra Sustancia si no de tan natural necesidad Sí de
Mucha Mayor Necesidad para Hacerle Consciente de Hasta Dónde Su Humillación
Podría Llegar … Beom Seok Kim sonríe y piensa que tal vez en su momento “Todo
Llegará” … -
What does it taste like, Mister Hightower … the blood
in your mouth … how does it feel? … I have always wondered how a
fighter in this arena feels when he sucks in his own blood … some of them spit it out on the floor, some of them gasp
and gurgle and swallow it in, some of them both … you are sucking it in with
the water, Mister Hightower, there is no bucket in front of your mouth for
you to spit it out … so you have to suck it in and swallow it … don´t look at
me like that, please … swallow your own blood and shut your eyes if you
cannot stand my stare … it is your blood, Mister Hightower, and blood is a
precious thing, the most precious thing for a man, so don´t spare a drop … Los embutidos dedos de la enguantada mano del doctor Gwan aplican un
poco de pomada antiséptica en los
pómulos, en las mejillas y en la barbilla de este hombre colosal: al hacerlo
impregna un poco la perilla que ha perfilado poco tiempo antes el peluquero
Mink-ki y por un momento parece que con la viscosa aplicación la hace
encanecer … pequeñas estalactitas de pomada penden por un instante de la
barbilla dislocada del boxeador y la excitación sexual reverdece en Beom Seok
Kim cuando contempla cómo el coloso abre la boca por un momento como si le
faltara la respiración: le produce una emoción especial comprobar cómo cuatro
pequeños yakuzas en coordinada colaboración han podido dejar en este estado a
este hombre de estatura tan tremendamente desigual: “Size Doesn´t Matter” bien se podría aplicar aquí cuando hay
agallas, agilidad y asombrosa determinación para demoler una mole colosal:
Zacharias Hightower está casi vencido ya y todavía le queda La Prueba Final,
Cómo Mantener la Hombría y la Dignidad Cuando el Muy Honorable Morimoto Kenzo
Entra en Acción … hasta ahora ningún hombre lo ha conseguido, ¿podrá
conseguirlo él … quizás? … -
Your mandible is a little bit misplaced, Mister
Hightower, by Kokichi Tano´s last blow on your face, the one that almost made
you pass out to KO … but you don´t have to worry, the water has washed the
blood, which you have sucked in with it, and swallowed … your meaty lips are
a little bit parched, but Doctor Gwan is applying some cocoa cream on them,
and now they shine with a healthy look … Jang Jintao, one of Doctor Gwan´s
assistants, is tending to the torn tendon in your ankle wrapping it up with a
cooled cast … Hwang Young-Jae, the second one, is massaging your femoral
biceps with anti-inflammatory cream … it has swollen a little after the
impacts of Kokichi Tano´s feet and there is a big bruise in purple colour on
your black skin … as for the rest of your injuries … I think they are
internal … and Doctor Gwan is checking up on them … you clench your teeth and
gasp out a groan when he pokes you in with his fingers … you have been punched
too many times above your waist by these four little devils with iron-clad
fists … I understand, Mister Hightower, that now you find it hard to breathe
… Oh, you spit out some phlegm … it must be hard indeed! Zacharias Hightower reposa durante su relativo restablecimiento con la
combada columna vertebral apoyada en el poste de pulida madera que sostiene
la parte superior de su cuerpo colosal: ya apuntamos que por su enorme
estatura y magnífica masa muscular en los hiperbólicos hombros y en todo su despliegue
dorsal la espalda del agente Hightower incluso en posición vertical se tiende
ligeramente a curvar: lo hace igualmente ahora en posición sedente con la
copiosa carnosidad del culo casi completamente desnudo – apenas la franja de
blanco algodón separa las negras nalgas – y las prolongadas piernas abiertas
a cada lado en extrema extensión … mientras recibe las atenciones
profesionales de los tres hombres vestidos de blanco que lo preparan para que
en Esta Lucha Final pese a la desventaja de sus lesiones ofrezca Lo Mejor de
Sí el capturado agente del FBI Zacharias Hightower mira con la melancolía de
sus grandes ojos castaños al hombre que – en el otro extremo del estrado
ovoidal con la calavera de nácar en su centro – tiene ante él … Morimoto
Kenzo, con frialdad glacial en sus ojos pero una casi imperceptible sonrisa
en sus labios, lo mira a su vez, y Zacharias Hightower se siente estremecer:
la envergadura del joven jayán japonés deja en su espíritu una profunda
impresión; los músculos de Morimoto Kenzo no impresionan por su voluminosidad
– no poseen la convexa configuración de los suyos, mucho más similares a los
de un culturista – pero en su estilizada elegancia ofrecen en el conjunto
corporal la poderosa potencialidad de una fuerza letal … en lo más profundo
de la estructura límbica del cerebro del enorme negro prende al instante
igualmente el pavor ancestral y supersticioso de sus impresionables
antepasados africanos ante la panorámica de espanto pintada en la piel del
joven jayán japonés: esa pictórica profusión en rojo de sangre, azul
cianótico y púrpura satánico de lenguas de fuego y flores carnívoras, cabezas
de tigres, leones, lobos, serpientes de fauces abiertas y colmillos
sangrantes, espadas de samurai, afilados cuchillos, cráneos de mueca macabra
… estimulan la aceleración de los latidos de su corazón en la amplia cavidad
torácica así como en una serpenteante vena que pulsa persistente en su sien …
pero hay algo que pulsa también en una parte de su cuerpo sin que aún siendo
parcialmente consciente él pueda entender por qué: envuelta en el blanco
algodón de su “fundoshi” su enorme verga negra pulsa también … -
The Time Has Come, Mister Hightower … It is Time for
You To Stand Up to Your Fate, as
you can see The Most Honourable Morimoto Kenzo is waiting for you at the
centre of the stage … when a man like you has come up to this point he can
look back at the way that he walked
but he cannot turn around and walk back … I also know you would never
hesitate to reach the Height of The Honourable End The Most Honourable Has
Intended As Your Fate … You are not a
coward like your friend, you belong at The League of The Superior Men, Mister Hightower … and you will have and most
willingly embrace Your Superior End …
Zacharias Hightower alza lentamente la alta torre de su
mole muscular sobre las amplias plantas de sus pies desnudos y al hacerlo su
mandíbula, dislocada por el puño reforzado de acero del pequeño yakuza que a
punto estuvo de noquearlo, vuelve a contraerse en un ríctus de dolor pero se
alza no obstante con definitiva determinación … los largos dedos de sus manos
enormes se contraen igualmente pero estos en poderosos puños en preparación: “bare knuckle fight” le dijo Beom Seok
Kim y al mirar a las manos del joven jayán japonés Zack “Iron Fist” Hightower puede en efecto comprobar que los
preparados puños de su oponente están desnudos también … sus grandes ojos
castaños permanecen prendados por un prolongado instante en esas manos
metamorfoseadas en mazas con las que este admirable adversario lo pretende
aniquilar: no son menos magníficas esas manos que las suyas – en realidad lo
son más – y en la mente del agente Hightower aparecen espectros de informes
policiales que en preparación para esa misión especial extraterritorial que
ha llegado hasta aquí pudo consultar en los cuarteles generales del FBI … “Kenzo Morimoto, 21 years old, son of
Shingo, recently deceased of – supposedly – natural death at age 62, new boss of the most notorious Yakuza clan, an extremely dangerous man, 6
feet 6 inches tall, an expert in martial arts, he is supposed to have
kidnapped and killed numerous men with his own hands, e.g. Toshitami Azuma,
36 years old, an elite officer of the Japanese police – whom he killed when
he was supposed to be just 17, in The Philippines – e.g. an American man called Jack Taylor, 48 years old, a
notorious thug whose track we´d lost for many years, in Taiwan … e.g. Mahmut
Ulubabayan, 52 years old, an Armenian-Turk of impressive bulk, a notorious arms trafficker and white slave
trader, in South Korea … most
probably countless ones in between
and after that … e.g. … e.g. … e.g. … e.g. … e.g. … Zacharias Hightower avanza hacia El Hombre Que Lo Va a Matar … y lo hace
con determinación, sin la más
mínima vacilación … sus larguísimas piernas se desplazan hacia el centro del
estrado donde lo aguarda su oponente sin que apenas parezca perceptible la
cojera producida por el golpe que en el tobillo Kokichi Tano le propinó, sus
caderas oscilan con esa elegancia, con ese “swing” particular de algunos negros
al caminar que en otro momento creímos conveniente mencionar, sus amplios
pies desnudos pisan la pulida madera del estrado ovoidal con la calavera de
nácar en su centro donde aún quedan restos de la sangre, de la orina y de la
mierda de su compañero, que nadie ha tenido aún el tiempo o la voluntad de
limpiar … al verlo caminar hacia El Hombre Que Lo Va a Matar cualquiera que
lo contemplara podría asegurar que lo hace con cierta serenidad, con
despacioso desplazamiento pero, definitivamente, con determinación: a pocos
pasos del centro del estrado ovoidal que configura la calavera de nácar en
ese punto pintada sus pies parecen por un instante – pero es solo un instante
– querer otro camino tomar, pero enseguida sus largos brazos se alzan por el
codo doblados en su ademán de boxeador … Zach
“Iron Fist” Hightower – más de
veinte años después – vuelve a boxear, pero sus músculos, sus huesos, sus
tendones, sus órganos internos, su cerebro, su cuerpo colosal … tienen más de
veinte años más y Zacharias Hightower sabe muy bien que el joven jayán
japonés que tiene ante él es El Hombre Que Lo Va a Matar … envuelta en la
púdica prenda del “fundoshi” de blanco algodón su verga negra y enorme no ha
perdido su erección … es improbable que desde los asientos de las gradas no
puedan los espectadores apreciar esta particularidad pues el miembro de este
hombre no es algo que pueda pasar inadvertido ni siquiera al menos atento
espectador: no pasa inadvertido en absoluto al joven jayán japonés que tiene
ante él; de nuevo una sonrisa de sarcasmo aparece como un cuchillo en las
fauces de fiera de Morimoto Kenzo al presenciar la extemporánea excitación
sexual de este hombre que no verá mañana la luz del día porque él – su
asesino – aquí esta misma noche lo va matar … -
I can see how much you are liking this, black bitch …
you don´t have to worry, I´ll give you what you want … I´m
going to kill you, and when I kill you, maybe before, I will have your cock and your balls … -
Yeah, I know … and you will rape me, as you´ve raped
my friend … but I ain´t gonna
make it easy for you, Jap … I´m gonna
make it hard for you to have my skin … -
I´ll have your black skin much easier than you think,
bitch … but before I´ll have your ass
… of course … you will sing a song
when I´ll have my Thong up your ass, bitch … many a man has sung his song before when they had my Thong up in them
… your friend has sung a nice one,
I liked what I heard … I´m curious
how you´re going to sing your song
… they say you, black men, have very good voices when you sing … Morimoto Kenzo alza igualmente sus largos brazos por el
codo doblados en ademán de boxeador y su sonrisa sarcástica se convierte en
semblante de severidad … los grandes ojos castaños de Zacharias Hightower
contemplan cercanos los poderosos puños desnudos del joven jayán japonés,
descienden después hacia la parte delantera de la pelvis de su oponente y al
apreciar Lo Que Envuelve el “fundoshi” de El Hombre Que Lo Va a Matar se
siente estremecer … ni siquiera parece sexualmente excitado – como casi
conscientemente lo está él – y El Miembro de Morimoto Kenzo envuelto en el
blanco algodón es Algo que hace acelerar su corazón … intentando
concentrarse, Zacharias Hightower levanta la vista y clava de nuevo su mirada
en los puños con que su oponente lo va a demoler … desde su punto de
observación Beom Seok Kim contempla cómo por unos instantes los dos
contendientes permanecen así: midiéndose, contemplándose, los brazos y los
puños preparados para la inminente acción, casi conteniendo la respiración, los
músculos en tensión, pero en el expectante silencio que envuelve el estrado
ovoidal con la calavera de nácar en su centro no es el respirar del joven
jayán japonés el que un oído de una agudeza especial podría escuchar, no son
los latidos del corazón del coloso nipón, sino las inspiraciones y
expiraciones, el pálpito pulsante de los acelerados latidos del corazón del
capturado agente del FBI Zacharias Hightower que esta noche aquí mismo – en
este estrado o en alguna estancia especial no lejos de este escenario – A
Manos de Morimoto Kenzo morirá … desde su punto de observación contempla Beom
Seok Kim cómo el Gran Oyabun entonces tomando la iniciativa comienza a
desplazarse en una especie de movimiento semicircular de ciento ochenta
grados en torno a la calavera de nácar obligando a su oponente a desplazarse
con él … no quiere el enorme negro en ningún momento los puños de su
adversario de vista perder – su instinto de boxeador permaneció siempre con
él – y oscila su caderas casi desnudas al compás del desplazamiento de
Morimoto Kenzo que por unos instantes parece de alguna forma estar bailando
con él … el superintendente general de la policía de Corea del Sur – su
captor, el hombre que lo ha traído aquí – admira desde su punto de
observación el cuerpo colosal en anticipatoria tensión de este agente
capturado del FBI que sabe muy bien que esta noche va a morir aquí … sus
negras nalgas completamente descubiertas desprenden al desplazarse un
destello especial y las piernas larguísimas muestran sus musculación como si
cada una de esas fibras formidables estuviera perfilada por un cincel: la
estatura de los dos colosos es casi similar, si bien con algún centímetro más
de añadidura en el cuerpo del joven jayán japonés, pero la leve curvatura de
la columna en el cuerpo del enorme negro le hace ante su adversario un poco
más pequeño parecer … Morimoto Kenzo se para un momento y permanece
impasible: es evidente que está jugando con los nervios del negro, que quiere
hacerle la templanza perder, quiere hacer que sea él quien lance el primer
golpe, para después responder … Zacharias Hightower, entonces, impulsa su
brazo derecho con el puño preparado hacia el rostro de su adversario como si
fuera un proyectil pero el golpe se pierde en el aire porque Morimoto Kenzo,
con reflejo de relámpago, se aparta y lo esquiva anulándolo en inutilidad …
Beom Seok Kim, desde su punto de observación, aprecia entonces la diferencia:
Morimoto Kenzo es un hombre en la plenitud de su juventud con los reflejos de
un joven depredador; Zacharias Hightower es un hombre maduro que empieza su
decadencia – no está ya Zack “Iron
Fist” Hightower aquí – y esta noche será muy distinta para cada uno de
ellos: Uno continuará su Gloria Ascendente, la estrella del otro consumirá
todo su combustible y se extinguirá: Uno matará, el otro morirá. Zacharias
Hightower aprieta los dientes y los puños como si se lamentara de su golpe
frustrado, como si no supiera el desenlace que Todo Esto tendrá y contemplara
de alguna manera en este combate prevalecer … parece por un momento perseguir
a su oponente que más que retroceder lo que hace es continuar su
circunvalación como si contemplara con ella de alguna manera marearlo,
hacerle perder la coordinación … entonces Zacharias Hightower propulsa con su
largo brazo su puño otra vez procurando en la cara de su adversario impactar:
nuevamente Morimoto Kenzo aparta su rostro con asombrosa rapidez y el puño
desnudo del enorme negro golpea el aire una vez más … desde su punto de
observación Beom Seok Kim percibe primero un gemido de esfuerzo del negro y
después le escucha jadear … Morimoto Kenzo en cambio parece permanecer igual
… por un momento le parece percibir que los grandes ojos castaños de
Zacharias Hightower mirasen a los de su oponente con una especie de
admiración … no baja sin embargo la guardia y permanece con los puños
preparados para atacar a su adversario pero Beom Seok Kim aprecia que
mientras el cuerpo del joven jayán japonés parece cincelado en hielo el del
enorme negro manifiesta su humanidad: el abdomen de ébano del capturado
agente del FBI Zacharias Hightower comienza a oscilar con una respiración
irregular y la protuberante dureza de su entrepierna se le comienza a aflojar
… es el miedo, quizás, pues sabe Lo Que tiene ante él … entonces casi antes
de que pueda darse cuenta el Puño de Morimoto Kenzo sale disparado hacia él …
y le aplasta la africana nariz … “Crackk!” desde su punto de observación Beom
Seok Kim la oye crujir y “Auugh!” lo oye gemir … casi instantáneamente la
sangre comienza a fluir por los amplios orificios nasales del capturado
agente del FBI … su cuerpo colosal se estremece pero se mantiene en
verticalidad aunque por un momento el brillo en los grandes ojos castaños de
Zacharias Hightower se parece apagar … la sangre desciende densa y oscura
desde los orificios de la nariz y se desliza por la pulpa protuberante de los
labios del enorme negro que se entreabren extrayendo la punta de la lengua
como si con ella la quisiera probar … por unos instantes Zacharias Hightower
parece respirar con dificultad el amplio fuelle de su poderoso torso se
despliega en toda su amplitud para absorber el aire que le parece faltar: es
obvio para Beom Seok Kim desde su punto de observación que en ese mismo
momento Morimoto Kenzo lo hubiera podido aniquilar pero el joven jayán
japonés concede a su oponente unos instantes para que se pueda recobrar … una
vez más los músculos magníficos del enorme negro se tensan para intentarlo
por tercera vez y retrayendo el brazo prepara de nuevo su puño para en el
rostro de su adversario impactar … la adrenalina de una repentina indignación
le hace reaccionar esta vez con mayor rapidez y aunque el puño – pleno de
poderosa potencialidad – no alcanza de pleno en el rostro de Morimoto Kenzo
le abrasa un pómulo y una oreja cuando este se comienza a apartar …
“Aaarghh!” gruñe el Gran Oyabun al sentir el dolor que le produce el impacto
parcial de este golpe que no ha conseguido del todo esquivar … con la
propulsión de su brazo izquierdo por el lado al que la cabeza de su oponente
se inclina Zacharias Hightower lo intenta golpear pero Morimoto Kenzo se
agacha enseguida al verlo venir y el zurdo zarpazo del enorme negro zizaguea
en el aire sin conseguir su objetivo alcanzar … es entonces cuando siente en
su muñeca la garra del joven jayán japonés que apretándola con fuerza la
consigue en el aire inmovilizar … y un segundo después el impacto
impresionante en su estómago de un potente puñetazo que esta vez, ya sí, lo
deja sin respiración … Zacharias Hightower boquea durante unos instantes y después
… -
Aaaaiiiieeee!! -
I like your voice, black bitch … I like how you begin
to sing your song … for me … A los grandes ojos castaños del enorme negro afluye ahora la sangre en
afluentes de pequeñas venillas que casi los hacen cambiar de color, su boca permanece
abierta durante algunos segundos aullando su dolor, pero poco a poco en su
mente va aumentando la indignación que es su respuesta reactiva a la
humillación: aprieta los dientes en la mandíbula magnífica y de nuevo
propulsando su prolongado brazo derecho hacia el rostro de Morimoto Kenzo
procura con su puño en él impactar … ¡impacta! … y el joven jayán japonés
retrocede unos pasos con la cabeza inclinada a la izquierda, los ojos muy
abiertos y una mueca de dolor en sus fauces de predador … el puño derecho de
Zacharias Hightower ha alcanzado el pómulo izquierdo de Morimoto Kenzo
imprimiendo en él la marca purpúrea de una paulatina inflamación y al ver al
joven jayán japonés inclinado como un junco golpeado por un fuerte golpe de
viento desde las gradas que circundan el estrado ovoidal con la calavera de
nácar en su centro se alza al aire impregnado de nubes de nicotina un
prolongado rumor: es la primera vez que esta audiencia contempla cómo un
contendiente golpea de esta forma al joven jayán japonés – Morimoto Kenzo se
ha medido otras veces con otros hombres aquí y ninguno de ellos consiguió
golpearlo así – y por eso se intercambian nuevas apuestas en favor de este
enorme negro extranjero que apenas unos pocos conocen como Zacharias
Hightower, capturado agente del FBI que está llegando al final de su misión
especial extraterritorial aquí en Seúl, República de Corea del Sur, y que
quiere llegar a ese final manteniendo lo más intacta posible su humana
dignidad … -
I´M NOT YOUR BLACK BITCH, JAP! … MY NAME IS ZACHARIAS
HIGHTOWER AND I AM A MAN … A PROUD BLACK MAN! Morimoto Kenzo no tarda en
enderezarse y desde su varonil verticalidad, desde la altura de su cuerpo
colosal clava su acerada mirada en la negra masa de músculos que tiene ante
él … con la convexa configuración de sus hiperbólicos hombros dispuesta en
ademán de ataque, Zacharias Hightower mira a su oponente con ojos de quererlo
matar, aunque en el fondo sepa muy bien Quién esta noche aquí matará y quién
morirá … la mirada de Morimoto Kenzo es una mirada glacial … sólo sus labios
vuelven a abrirse nuevamente como un cuchillo en sus fauces de fiera con la
condescendencia de una sonrisa sarcástica al observar cómo en la entrepierna
del enorme negro vuelve a protuberar poderosa la más evidente señal de su
excitación sexual … -
Your black cock cannot be at rest in your white
jockstrap … you black bitch, that black cock of yours
is spoiling the honourable “fundoshi” that you wear … I´ll cut it off for
that offense alongside with your black balls … I will keep them for many
years as a token of your defeat … some day I will have a son and when I part
from this life my son will inherit from me your cock and balls … I will show
them to my guests on special occasions commemorating the event … I will say
to them … “These are the cock and the balls of the black bitch that got a
hard-on when It was fighting with ME!” -
KRACKK!! -
AAAAIIIEEEEE … El Puño de Morimoto Kenzo impacta
repentinamente bajo la cóncava cavidad de las colosales costillas del
capturado agente del FBI Zacharias Hightower profundizando en la amalgama de
órganos vitales previamente apalizados por los puños de acero de las cuatro
pequeñas pateras yakuzas – Ganju, Haru, Yuki, Kokichi Tano – que ya los
dejaron debilitados y extremadamente sensibles a cualquier castigo
complementario: estómago, hígado, vesícula … se contraen confluyentes
alrededor de la penetrante presión de la maza magnífica que los ha machacado
… la boca del enorme negro vuelve a abrirse de nuevo en un agónico aullido de
dolor y en su rostro aparece la angustia de alguien que siente que algo se ha
roto dentro de él: después de este golpe no volverá a aparecer en su
semblante asomo alguno de ira o indignación, pues el Puño de Morimoto Kenzo
le hace entender que cualquier ademán en ese aspecto aparecería ante su
oponente como una ridícula, casi risible pretenciosidad … la dignidad de Zacharias Hightower ha
llegado hasta aquí o tendrá que manifestarse a partir de ahora de una manera
más paradójica: entregándose dignamente,
impúdicamente – sin inverosímiles aspavientos de viril virtud - al Hombre
Que Lo Va a Matar … en ese consistirá a partir de ahora su dignidad que es morir a manos de este Macho Magnífico como
culminación de un destino definitivamente definido para él desde que fuera
capturado junto a su compañero en este mismo lugar, que tal vez
inconscientemente su propia psique procuró cuando sabiendo Quién era su
Oponente a sus jefes se ofreció como agente del FBI para esta misión especial
extraterritorial que con la consumación de su cuerpo está con este capítulo
casi a punto de culminar … los puños de Zacharias Hightower no se alzan ya en
ademán de atacar: sus dedos destensados palpan temblorosos el palpitante
hematoma que ha pintado de púrpura toda su área abdominal, siente sus vísceras
descolocadas y una náusea de angustiosa ansiedad lleva la bilis a sus labios
que paulatinamente la empiezan a expulsar … la vesícula ha reventado y
Zacharias Hightower se inclina hacia delante y comienza a vomitar … Morimoto
Kenzo, paciente, le deja sus vísceras por la boca vaciar … cuando el enorme
negro alza de nuevo su cabeza y mira a su Oponente su cuerpo colosal
permanece parcialmente inclinado y su mirada ya no es igual: Zacharias
Hightower mira a Morimoto Kenzo con un semblante que casi podría confundirse
con el de un enamorado o un rendido admirador, sus piernas larguísimas
mantienen la verticalidad pero se aprecia en ellas un ligero temblor y una
inestabilidad que hace oscilar un poco a su cuerpo colosal, sus gruesos
labios africanos están cubiertos de verde viscosidad y parecen balbucear pero
pronuncia sus palabras de manera ininteligible y Morimoto Kenzo se encoge de
hombros como si efectivamente no las pudiera entender … -
What are you blubbering, black bitch? … I can´t understand
you … What are you saying to me? … Do you want to keep on
fighting or have you had enough and you want All of This got over and done with? … Why don´t you put up your
fists and try once again to get at
me? … Haven´t you got any more strength left in you? … And why are you looking at me like that? … You
look at me like the black bitch you are, I know what you want … -
K-Kiiiill meee … oh my God help meee … I beg Your
Pardon for my siiins … Take me in Your Arms to Your Eternal Bliiiiss … -
You are delirious, black bitch … and that black cock
of yours … Telling
It All … -
Fi … fi … finish me … I … I can´t take any more … pleeassee …
k-kill … kill me … La poderosa pierna del Muy Honorable Morimoto Kenzo se va alzando poco a
poco por la rodilla en el aire permeado de nicotina con un desplazamiento
grácil que casi se asemeja al de un bailarín … desde su punto de observación
Beom Seok Kim la contempla casi en cinética de cámara lenta mientras modula
el movimiento que se dispone a realizar … la prolongada pierna del joven
jayán japonés propulsa la patada que está a punto de impactar … “KRACK” cruje algo en la cervical del
enorme negro que pone los ojos en blanco y comienza a caer … desde sus casi
dos metros de altura la negra mole de músculos se empieza a derrumbar … “THUMP” y el cuerpo colosal del
capturado agente del FBI Zacharias Hightower cae sobre la pulida madera del
estrado ovoidal con la calavera de nácar en su centro … un rumor de creciente
excitación se va propagando entre los espectadores que contemplan este golpe
final que parece aniquilar al enorme negro por el que muchos de ellos
creyeron conveniente apostar – algunos gritos de alegría, murmuros de
mascullada frustración – mientras Morimoto Kenzo despliega su sonrisa de
cuchillo en sus fauces de fiera y ni siquiera considera necesario – qué
vulgaridad – alzar sus brazos en el aire para Su Victoria celebrar … Beom
Seok Kim avanza en esos momentos al centro del estrado ovoidal con la
calavera de nácar en su centro seguido por el doctor Gwan … cuando los dos
coreanos se inclinan sobre su cuerpo colosal que yace en horizontalidad en
toda su longitud el enorme negro con los ojos en blanco no los puede ver …
los dedos embutidos en goma de nitrilo del médico palpan en el cuello del
caído la pulsante arteria cervical y con su linternita explora algún signo de
consciencia en el blanco del globo ocular … Beom Seok Kim examina el rostro
del caído con una creciente ansiedad y pronuncia algunas palabras cerca de su
oído esperando que este las pueda percibir: -
Mister Hightower … can you hear me … can you hear my
words? … I hope that this is not a fatal knock out for you … it is
not time still for you to go out, Mister Hightower, this is not what was
intended to be … I know it is a brave thing for a boxer to die in the ring …
I know how that would make the myth … but this is not The Superior End that was intended for you … not here … not
now … please Mister Hightower … tell me
… can you hear me … can you hear my words? … Morimoto Kenzo avanza en ese instante también hacia el
lugar donde yace su noqueado oponente y se inclina sobre él: lo mira con la
sonrisa de cuchillo aún desplegada en sus fauces de fiera y con la misma mano
magnífica con la que lo ha apalizado alza su cabeza sosteniéndola por la
parte occipital … y entonces ante la presión de esos dedos y ante esa mirada
los ojos en blanco del enorme negro comienzan a reaccionar … la mirada es
melancólica pero también de admiración … Zacharias Hightower sabe reconocer a
un Macho Magnífico cuando lo tiene ante él … de alguna manera sabe que un
Macho Como Este es lo que siempre necesitó … lo que nunca encontró … hasta
ahora Que Lo tiene ante él … la mirada de Zacharias Hightower a El Hombre Que
Lo Va a Matar es prácticamente una mirada de amor … sus gruesos labios
africanos cubiertos de viscosa baba verde se abren en lo que cualquiera que
estuviera lo suficientemente cerca podría percibir como una sonrisa … una
sonrisa que puede parecer estúpida … la sonrisa de un oligrofrénico … pero
que sale de lo más profundo del alma de este enorme negro al que El Macho
Magnífico Que Siempre Ha Deseado está muy poco tiempo ya de aniquilar … -
D-Don´t ra-rape me here … in front of these men …
pleeasee … don´t rape me here … -
Of course, black bitch, I will not rape you here, I
will not kill you here … I know what you want … a thing between you and me …
something private … you and me alone … like a wedding night … well we´ll see
… I will
take you anyway to our wedding bed … |